Pues no, no me voy a pasar por la confitería de La Campana para hacerme una foto… que es lo que parece que está de moda entre los ediles de la Plaza Nueva.
No es que yo tenga nada en contra de sus dulces y torrijas, tampoco es que (como republicano convencido que soy) me afecte lo más mínimo que sean proveedores de la Casa Real, como atestigua el lema de su escudo. Es que, simple y llanamente, no me voy a sumar a la campañita del postureo y de la añoranza en la que cualquier tiempo pasado fue mejor. Eso sí, desde Izquierda Unida estamos dispuestos a escuchar a quien quiera contarnos algo, sin problemas… como ya me reuní con la Asociación de Hostelería de Sevilla (también contrarios a la reordenación de veladores que está llevando a cabo el gobierno municipal) pero con las cosas claras, con argumentos y sin intentar pescar en río revuelto.
La derecha política y mediática de esta ciudad dio un salto de alegría cuando se enteró que el delegado de Hábitat Urbano, Antonio Muñoz, le iba a meter mano al tema de los veladores. Cuestión recurrente en los mentideros de Sevilla por su desproporcionado incremento durante los últimos años, donde calle que se peatonalizaba, posteriormente, se veladorizaba. El aumento de mesas, sillas, sombrillas y diversos carteles con menús y ofertas era un incordio para el peatón y afeaba nuestra sacrosanta ciudad. Se nos había ido de las manos, eso nadie lo pone en duda. Pero… ¡ay, Antonio! ¿A quién se le ocurre enfrentarse a esa parte de la ciudad que se cree ombligo del mundo?
Los vítores se convirtieron en críticas y la derecha política (la de siempre encarnada en el PP y la nueva marca blanca de Ciudadanos) corrió ágil y veloz para ver quién se hacía primero la foto en La Campana. «Un emblema que forma parte de la historia de la ciudad», «la esencia que nos diferencia», «patrimonio de Sevilla»… éstas y otras grandilocuentes expresiones han sido usadas por los portavoces de dichos grupos municipales para referirse a la confitería.
El Partido Popular parece que corrió un poco más y anunció una moción al Pleno para tratar de forma especial a «los negocios históricos» y, un día después, Ciudadanos abogaba por una reunión «a tres bandas» para atajar el problema.
Se ha dicho del local que hay que preservarlo porque han sido capaces de mantener su imagen clásica a pesar del paso de sus muchos años y que siempre han cumplido las ordenanzas municipales… seguramente no lo dirán por las sombrillas de Coca-Cola, marca no muy tradicional en la ciudad (¡todavía si fuese Cruzcampo!) y taxativamente prohibidas en la ordenanza de publicidad.
A Ciudadanos me gustaría decirles que, ellos que no son de derechas ni de izquierdas, a veces hay que tomar partido y posicionarse. Que no se puede estar en el eterno sí pero no… que no se puede, como hicieron en el último Pleno, presentar una moción para revegetar la Avenida de la Constitución y ganar espacio para el peatón a la vez que se pronuncian en contra de la reordenación de veladores… ¿quieren quitar el tranvía? ¿quieren quitar el carril bici? Porque muchas más soluciones no hay…
Al PP me gustaría preguntarle desde cuándo tienen ese interés por el comercio tradicional porque, cuando estaban en el gobierno, votaron en contra de establecer una moratoria para los comercios de renta antigua, en contra de crear líneas de ayuda para facilitar sus traslados y en contra de un plan de protección integral del patrimonio comercial histórico… Propuestas de una moción de Izquierda Unida que fue rechazada por los 20 concejales que tenían los populares en aquel tiempo.
El portavoz popular dice que la ordenanza de veladores «es buena, pero falta control»… ¡Zoido sí que controlaba! Lo mismo es porque Alberto Díaz no era concejal entonces… pero no tengo más remedio que recordar su entrevista en el Diario de Sevilla donde hay que leer detenidamente las últimas tres preguntas y sus respuestas:
P: ¿Qué le parece que los negocios franquiciados tomen la Campana en detrimento de negocios locales? ¿Se podría hacer más en defensa del comercio tradicional? La ciudad se despersonaliza si pierde sus firmas locales.R: Defiendo, por formación y por espíritu, que debe haber libertad de mercado. Yo no voy a ser quien diga que en Sevilla no puede haber franquiciados. Si los franquiciados están generando riquezas y oportunidades de empleo para los sevillanos, ¡bienvenidos sean! Una cosa diferente es la cuestión de la estética…
P: No sólo es estética. También hay que valorar la despersonalización de la ciudad, ¿no cree?
R: Lo que no podemos es querer un mundo globalizado para unas cosas, pero no para otras.
P: Yo le planteo el asunto. ¿Usted regulará o no sobre la defensa del comercio tradicional si llega al gobierno?
R: El mundo es global. Hoy no se puede negar lo evidente. Igual que está en la Campana el negocio de los donuts, está también Zara en Nueva York. ¿No? ¿Eso es despersonalizar Nueva York? Si uno se pasea por Madrid, Valencia o Bilbao, existen las mismas franquicias que en Sevilla. ¡Y no digamos en Barcelona! No podemos confundir estética con oportunidades de negocio.
¡Ay! Estos liberales que lo son hasta que les conviene dejar de serlos… ¿Despersonalización de la ciudad? ¿De qué habla? ¡Globalización… y viva Amancio Ortega!
Por tanto, sinceramente lo pienso, lo único que buscan es pescar en río revuelto (y rancio). Al Partido Popular le importa tres pitos el pequeño comercio… y el comercio tradicional le importa pero porque se creen guardianes de esa esencia ombliguista que tan poco le gustaba a Antonio Machado: “Sevilla, sin sevillanos, qué maravilla.”
Eso sí, en esta trifulca al gobierno municipal le puede la chulería… ¿Hacía falta tanta policía para quitar unos veladores? ¿Tantos furgones de la local para coger unas sombrillas? Desproporcionado despliegue policial que parece más una demostración de fuerza que otra cosa.
¡Vecinos de Torreblanca! Vosotros que os quejáis de la falta de policía en vuestro barrio, ya sabéis: veladores a tutiplén… y Antonio Muñoz os manda los efectivos.
Partiendo de la premisa de que al tema de los veladores hay que ponerle freno y de que la prioridad debe ser recuperar espacios para el peatón, garantizando el derecho a la ciudad y no el derecho al velador… porque el espacio público debe ser para todos y no sólo para quien pueda o quiera sentarse en una terraza, había muchas formas de atajar esto. El PSOE está siendo lento (comienza con ésto tras dos años en el gobierno) y muy torpe en la estrategia.
Permite que se siga usando el argumento de «que se cumpla la ordenanza y punto» o de la inseguridad jurídica que provoca depender de una decisión política. La norma es clara y cualquier licencia está supeditada al «interés público» y puede «quedar sin efecto» sin que exista para los afectados derecho a «indemnización o compensación alguna», al margen de la devolución de la parte proporcional de las tasas ya abonadas.
La Gerencia de Urbanismo ha realizado tres expedientes (La Campana, Avenida de la Constitución y San Fernando) donde se argumenta y se define la nueva ordenación de veladores de estas tres zonas. Expedientes que han sido publicados en el boletín oficial y que han tenido su fase de alegaciones como cualquier trámite administrativo de esta envergadura, pero el gobierno está tardando en hacer público y difundir dichos estudios para ganar argumentos y que el debate no se reduzca a una cuestión a decidir entre lo viejo y lo nuevo, entre los modernos y las esencias…
Seguramente, en esa reordenación propuesta por la Gerencia de Urbanismo, cabría algún velador en La Campana… no todos, eso está claro, pero alguno sí. Pero para todos, la antigüedad de un comercio o su esencia (algo claramente subjetivo) no puede ser un argumento para decidir si se puede o no poner veladores; el criterio debe ser garantizar la accesibilidad universal y ganar espacio público para el peatón.
¿Apoyo al comercio tradicional? Mejor al pequeño comercio, que no es lo mismo. El Ayuntamiento debe apoyar a aquellos comerciantes que no tengan una superestructura detrás, a aquellas pymes que salen adelante con el esfuerzo de sus trabajadores sin una multinacional a sus espaldas… independientemente de si son una confitería centenaria o una tetería abierta el pasado invierno.
¿Y el empleo? Pues sinceramente, negarse a la reordenación de los veladores con el argumento de la creación de empleo es una falacia. Seamos serios, ¿de verdad la apuesta de futuro para nuestra ciudad es la de camareros sirviendo en mesas en la calle? Camareros y camareras que, por cierto, habrá que ver en qué situación laboral están… yo ya me imagino la de la gran mayoría de ellos. Los empleados están siendo rehenes en este debate, no se puede entender de otra forma cuando el empresario anuncia de forma inmediata un ERE… antes de empeñarse en buscar alternativas, que seguro que las hay.
¿Falta de diálogo? Sin duda, más le vale al equipo de gobierno dejar las demostraciones de fuerza y centrarse en explicar la situación con argumentos. Esperemos que hayan aprendido para los próximos cambios que ya están anunciando.