No podemos más que mostrar nuestro escepticismo ante la propuesta que el alcalde ha puesto sobre la mesa para alcanzar un acuerdo global con todas las fuerzas políticas del Ayuntamiento en torno a las próximas ordenanzas fiscales y presupuestos.
Espadas se instala en la antipolítica al pedir que un debate capital, como el de los ingresos y los gastos, se aleje de la confrontación de ideas y de modelos de ciudad. No se puede separar de la campaña electoral un debate tan necesario y que marca el futuro de la ciudad… otra cosa muy diferente es adelantar la campaña o abordar el tema de forma electoralista (a modo de propaganda). Y es esto último lo que ha hecho exactamente el alcalde. Espadas lanza el órdago haciendo un uso claramente electoralista, al acompañar dicho llamamiento con el anuncio de una futura bajada de impuestos sin precisar criterios de renta alguno ni progresividad que valga.
Queda muy bien de cara a la galería reclamar, en nombre del interés general, sacar de la contienda electoral esta cuestión para que no se paralice la ciudad. ¿Pero eso quiere decir que hay que aprobar a ciegas lo que proponga el gobierno? Esto suena un poquito a chantaje, la verdad. Y, desde luego, si Espadas pretende que en Izquierda Unida nos sintamos cómodos con una bajada de impuestos indiscriminada que ha pasteleado con la derecha, la lleva clara. ¿Acaso se ha caído de un guindo?
El debate no es bajar o subir impuestos, el debate debe ser a quién se les sube y a quién se les baja. La pregunta sería a quién ha beneficiado la bajada fiscal pactada entre el PSOE y la derecha en el último año. Pese a que el portavoz de Ciudadanos hablara de que gracias a la bajada del IBI las familias podrían «comprarse un coche, abrir un negocio o pagarle la carrera a sus hijos», la realidad es que la reducción en el recibo media es de entre 5 y 10 euros al año. Se podía leer en el propio informe del Coordinador General de Hacienda del Ayuntamiento:
¿Qué ventajas podría tener una rebaja del 3 por 100 en el tipo general del impuesto? Realmente imperceptible. Para la inmensa mayoría de los contribuyentes (alrededor de un 75 por 100) estaríamos hablando de una reducción del recibo anual de entre 5 y 10 euros. Y en términos agregados supondría elevar la capacidad de consumo del conjunto de los contribuyentes en 3.600.000 euros, también irrelevante.
Insistimos entonces: ¿a quién ha beneficiado esta bajada? Pues a una minoría de los contribuyentes, basta con observar los sujetos con mayor cuota tributaria. Es decir, quiénes pagan más IBI en la ciudad. Y, según la respuesta que nos dio la propia Agencia Tributaria de Sevilla (a la izquierda la tenéis), estamos hablando de recibos que llegan desde un montante de 4’6 millones hasta un millón de euros.
Si pagas más de un millón de euros en IBI… ¡claro que te beneficia la bajada fiscal! Si tienes bienes inmuebles suficientes como para pagar esas cantidades en el recibo, con el beneficio de la bajada puedes comprarte varios coches, montar algún que otro negocio y pagar fotocopias y apuntes para bastantes años de carrera.
En cambio, si eres un sevillano o una sevillana con un recibo medio (3 de cada 4 personas) pues el ahorro fiscal te da para unos cuantos cafés con leche, algún que otro viaje en autobús o para, si acaso, pagar exclusivamente las tasas administrativas para echar una matrícula en la Universidad.
Pero claro, hablar de estas cosas es hablar de política… y cuando uno se dice socialista pero abandona sus principios, se siente mucho mejor en la antipolítica.
No nos parece serio el modo en que el gobierno local del PSOE se ha propuesto afrontar la negociación de los próximos presupuestos y ordenanzas fiscales. En Izquierda Unida actuaremos como siempre: con propuestas concretas y constructivas para combatir las desigualdades, atender a los barrios olvidados y construir una ciudad más habitable y sostenible.
Y, por supuesto, vamos a actuar al margen de la campaña electoral… pero no al margen de los incumplimientos de estos tres años y de la nula ejecución presupuestaria de las políticas que se han venido aprobando.
El señor Espadas ha sido con mucho el peor Alcalde que ha tenido Sevilla.