«El socialismo exige para la realización de sus ideales cierto nivel en el uso de la energía: no puede venir a pie, ni puede venir en coche, sino solamente a velocidad de bicicleta.”
José Antonio Viera-Gallo. Subsecretario de Justicia durante la presidencia de Salvador Allende
Hace bien el gobierno municipal en esta celebración de la Semana Europea de la Movilidad en ligar movilidad y economía bajo los lemas «Movilidad inteligente. Economía fuerte» o «Elige la movilidad que impulse nuestra economía».
Otra cosa, como de costumbre, es creerse los eslóganes… a no ser que el PSOE entienda por «impulsar la economía» las sucesivas licitaciones (externalizaciones-privatizaciones) para la elaboración de planes.
Primero el Plan de Movilidad Urbana Sostenible por 363.000 euros, aprobado en Junta de Gobierno de la semana pasada. Aquel Plan que iba a ser germen de la participación ciudadana de aquella Mesa de Movilidad (que en paz descanse) que se vendió a bombo y platillo con mucha foto y mucho anuncio grandilocuente… y que ha quedado reducido a unos muchos miles de euros para que una empresa privada lo elabore. Y cuando tengamos el Plan terminado, vete tú a saber dónde acaba.
Y segundo, el Plan de la Bicicleta por 72.600 euros aprobado únicamente con los votos a favor del PSOE en el Consejo de la Gerencia de Urbanismo de esta semana. Otro «impulso a la economía» (a la economía privada y poco transparente, pues se trata de un negociado sin publicidad y por urgencia) que ha servido como argumento para no hacer nada o hacer muy poco durante estos quince meses de gobierno de Espadas. Que no estudiamos la posibilidad de las ciclocalles… porque estamos esperando el Plan. Que no sabemos si Sevilla participará en eventos internacionales como el Velo-City… porque estamos esperando el Plan. Que la Oficina de la Bicicleta no arranca… porque estamos esperando el Plan. Que no ponemos en marcha la propuesta de A Contramano para el Casco Antiguo… porque estamos esperando el Plan.
Y además, un Plan de la Bicicleta que se queda totalmente corto según su pliego de prescripciones técnicas (y de ahí nuestra abstención en el Consejo de la Gerencia) pues se centra únicamente en los carriles-bici al abordar las infraestructuras, dejando atrás la problemática del aparcamiento, y no tiene en cuenta ni la intermodalidad de la bicicleta con otros medios de transporte ni la participación de ciclistas y expertos en su desarrollo. Ya veremos en qué queda el tan esperado Plan.
La bicicleta como motor económico
El discurso político sobre este vehículo sigue ligado a la mejora de la salud y a la reducción del tráfico, así que es hora de tomarse en serio la bicicleta y su potencial económico… y creerse el eslogan de que la elección de la bicicleta como medio de transporte prioritario puede servir para impulsar la economía de nuestra ciudad.
Más allá de los beneficios medioambientales, para la salud y para el tráfico, en los últimos años años hemos asistido a una auténtica explosión de actividades económicas en torno a la bicicleta (tiendas, talleres de reparación, reparto de mercancías…) y sus aplicaciones al turismo (establecimiento de préstamo de bicicletas, visitas guiadas específicas, organización de excursiones en bicicleta…) que han tenido un impacto muy positivo en la economía de Sevilla.
Según la Federación Europea de Ciclistas, España podría generar 36.603 nuevos puestos de trabajo en el sector, si se duplicara la tasa de utilización de la bici en los desplazamientos diarios. La mayoría de esos empleos estarían vinculados al turismo ya que, según un estudio del Parlamento Europeo que recoge ConBici, el cicloturismo mueve en España más de 1.600 millones de euros al año.
La combinación es perfecta. El papel de Sevilla como capital española de la bicicleta (pese a la indolencia de Zoido y Espadas) y el núcleo turístico de enorme importancia que somos: nuestra ciudad podría y debería liderar estas políticas en favor de la movilidad ciclista y en la búsqueda de su potencial económico.
Pero no es tan fácil. Durante la campaña de las elecciones municipales, allá por mayo de 2015, estuvimos reunidos con representantes de empresas de nuestra ciudad ligadas al mundo de la bicicleta, como Santa Cleta, Quiquecicle o Enviciclo.
De aquella reunión sacamos múltiples y buenas propuestas… y una conclusión: hace falta retomar una política valiente de promoción de la bicicleta si de verdad queremos exprimir al máximo el potencial económico de los pedales.
Si no, todo quedará en meros titulares y eslóganes. Hace poco leíamos en el Diario de Sevilla que la bicicleta tocaba techo en nuestra ciudad: «Sevilla ha pasado de ser un referente internacional en movilidad sostenible a echarse en falta actuaciones programadas y bien planificadas en favor a la misma».
Múltiples estudios de los últimos años han incidido en esa cuestión, el uso de la bicicleta se estanca debido a la falta de políticas de promoción… ni Zoido estuvo a la altura, ni Espadas está demostrando un cambio. Al margen de la instalación de más aparcabicis en la vía pública… ¿qué se ha hecho?
Todos los colectivos ciclistas, en aquella reunión con empresarios de 2015 también se habló, insisten en la necesidad de recuperar la Oficina de la Bicicleta creada por Izquierda Unida en su momento. Por ahora lo que tenemos es una reestructuración en la Gerencia de Urbanismo para crear el «Servicio de Sostenibilidad e Innovación Urbana»… el mismo que ha elaborado los insuficientes pliegos del Plan de la Bicicleta que ya hemos mencionado.
Y en esa estamos, a la espera de que el gobierno de Juan Espadas se lo crea. Fotos ya tiene unas cuantas, titulares también, presupuesto (gracias a las enmiendas de IU) también… ¿qué falta? ¿Será la elaboración del Plan? Toca esperar.
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