Moción sobre el Plan Andaluz de la Bicicleta

Este verano conocimos a través de los medios de comunicación que los servicios jurídicos de la Junta de Andalucía habían emitido unos informes contrarios a que la administración autonómica pudiera construir vías ciclistas en tramos urbanos a cargo del Plan Andaluz de la Bicicleta, por tratarse de competencias exclusivamente municipales.

Este supuesto cambio de criterio por parte de la Junta de Andalucía podría llevar a la paralización de la construcción de los carriles bici pactados entre la administración autonómica y los Ayuntamientos  de Málaga, Huelva, Cádiz, Sevilla, Córdoba, Granada, Jaén, Almería, Jerez y Algeciras. Según el Ayuntamiento de Sevilla, se trataría únicamente de que los tramos conveniados con la Junta se construyan con cargo al capítulo de subvenciones, en lugar del capítulo de inversiones.

Más allá de este contratiempo legal (que sigue sin aclararse por parte de la Junta de Andalucía), hay que recordar que el convenio aprobado por el Pleno del Ayuntamiento de Sevilla en abril de 2018 con la Consejería de Fomento y Vivienda ya suponía un retroceso con respecto a las expectativas previas: de 37 kilómetros nuevos en nuestra ciudad según el proyecto original se pasó a únicamente 16’9 kilómetros. Y es que la financiación global del Plan pasó de 421 millones de euros a sólo 40 millones.

El desinterés del gobierno autonómico (el actual y el anterior) por la bicicleta es palpable, pero el gobierno local tampoco es que esté cumpliendo con sus deberes.

El pasado mes de julio, Sevilla abandonaba el ranking mundial Copenhagenize de ciudades “amigables” con la bicicleta. Nuestra ciudad apareció por primera vez en la segunda edición (la de 2013) y directamente en el cuarto puesto, dos años después descendió hasta el décimo puesto, en 2017 al catorce y, ahora en 2019, directamente ni aparece.

Este ranking de Copenhagenize viene a confirmar lo que llevamos tiempo diciendo: que el gobierno de Juan Espadas lleva cuatro años quedándose en las buenas palabras. Ya el ranking de 2017 avisaba del descenso de posiciones de la ciudad por culpa de la “inactividad” durante los últimos años, pero sí señalaba el “discurso entusiasta” del nuevo gobierno de Espadas… y se ha quedado en eso, en el discurso entusiasta.

La “inactividad” del gobierno municipal se aprecia en las Cuentas Generales de 2018, donde comprobamos que sólo se ha ejecutado un 23’92% del presupuesto de conservación, un 8’32% de la inversión destinada a nuevas vías ciclistas y directamente cero euros en la mejora de la señalización por parte de la Gerencia de Urbanismo.

Aquella expresión de que “del dicho al hecho hay un trecho” se puede aplicar sin dudas a lo que nos ocupa. Basta fijarse en el ‘Programa de la Bicicleta Sevilla 2020’ (un buen plan director) que marca como límite temporal el año que viene pero que queda casi todo por hacer:

  • No se cumple en las licitaciones que se aprueban. Por ejemplo el Programa contempla un presupuesto en mantenimiento de 1.225.206 euros para los años 2019 y 2020, mientras que el contrato aprobado sólo tiene previsto 563.000 euros.
  • No se cumple en los plazos previstos para las actuaciones ni en los presupuestos de inversiones anuales.
  • Tampoco se cumple el Programa cuando al alcalde se le ocurre eliminar el carril bici de la Cruz Roja y propone, a la ligera, trasladarlo a la avenida de Miraflores.

Lo que hay que hacer está claro (está recogido en el plan director), se ha debatido varias veces en el Pleno… y hasta se ha aprobado. No es por afán de estar en los rankings mundiales, pero tampoco nadie puede poner en duda que los carriles bici están en mal estado, que los nuevos aparcamientos en la calle siguen siendo insuficientes, que la intermodalidad sigue siendo una asignatura pendiente, al igual que la permeabilidad del Casco Histórico.

Por todo ello y en virtud de lo expuesto, el Grupo Municipal de Adelante Sevilla, viene a proponer, para su discusión y aprobación en Pleno, los siguientes

ACUERDOS

  • Instar a la Junta de Andalucía a que garantice la continuidad del Plan Andaluz de la Bicicleta y de los convenios firmados con los Ayuntamientos para fomentar, incrementar y mejorar las vías ciclistas en nuestra Comunidad.
  • Instar al Gobierno Municipal a que revise y mejore el contrato de mantenimiento de los carriles bici de la ciudad de cara a la futura renovación y a impulsar una renegociación del contrato de Sevici para modernizar y mejorar la calidad de este servicio.
  • Instar al Gobierno Municipal a impulsar las medidas recogidas en el actual PGOU y en el Programa de la Bicicleta Sevilla 2020 para integrar la bicicleta en el Casco Histórico.
  • Instar al Gobierno Municipal a que elabore, publique y difunda, con la colaboración de los colectivos ciclistas, una guía oficial de buenas prácticas y de uso de la bicicleta en la ciudad de Sevilla.
  • Instar al Gobierno Municipal a que rinda cuentas de forma pública sobre el cumplimiento del Programa de la Bicicleta Sevilla 2020 y a que también convoque a Comisión Cívica de la Bicicleta para su evaluación.

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La bicicleta en Sevilla: nos quedamos en las buenas palabras

Ayer nos enterábamos que Sevilla abandona el ranking mundial Copenhagenize de ciudades “amigables” con la bicicleta. Nuestra ciudad apareció por primara vez en la segunda edición (la de 2013) y directamente en el cuarto puesto, dos años después descendió hasta el décimo puesto, en 2017 al catorce y, ahora en 2019, directamente ni aparecemos.

Nadie puede poner en duda que la aparición en este ranking fue gracias a una apuesta decidida por la bicicleta por parte de Izquierda Unida en el gobierno municipal de coalición con el PSOE, luego llegó el PP y guardó la bici en el trastero porque debería ser un medio de transporte demasiado comunista. Después de Zoido, llegó el PSOE de Juan Espadas con muy buenas palabras y se quedó en eso. Ya el ranking de 2017 avisaba del descenso de posiciones de la ciudad por culpa de la “inactividad” durante los últimos años, pero sí señalaba el “discurso entusiasta” del nuevo gobierno de Espadas… y se quedó en eso, en el discurso entusiasta.

Aquella expresión de que “del dicho al hecho hay un trecho” se puede aplicar sin dudas a lo que nos ocupa. Basta fijarse en el ‘Plan de la Bicicleta Sevilla 2020’ (un buen plan director) que marca como límite temporal el año que viene y queda casi todo por hacer, el pasado mes de marzo ya avanzaba en este blog que llevábamos cuatro años de pinchazos y que no se estaban cumpliendo los objetivos.

Lo que hay que hacer está claro, está recogido en el plan director, se ha debatido varias veces en el Pleno… ¡y hasta se ha aprobado! No es por afán de estar en los ranking mundiales, pero tampoco nadie puede poner en duda que los carriles bici están abandonados, que los nuevos aparcamientos en la calle siguen siendo insuficientes, que la intermodalidad sigue siendo una asignatura pendiente, al igual que la permeabilidad del Casco Histórico.

Ahora los de Copenhagenize confirman lo que llevamos tiempo diciendo: que el gobierno de Juan Espadas lleva cuatro años quedándose en las buenas palabras. Ojalá fuera solo en materia ciclista.

Cuatro años de pinchazos

Uno de las primeras cosas que hizo el actual alcalde del PSOE, Juan Espadas, fue hacerse una foto con el entonces consejero de Fomento de la Junta para anunciar el impulso al Plan Andaluz de la Bicicleta y a la intermodalidad que se daría durante su mandato.

A dos meses de las elecciones, y echando un poco la vista atrás, de todo aquello solo quedó eso: el titular y la foto. La clásica campaña de marketing a la que ya nos tiene acostumbrados Espadas.

En estos cuatro años el PSOE, como previamente hizo el PP, ha vivido de las rentas en materia ciclista que dejó IU cuando estuvimos en el Ayuntamiento de Sevilla. Un mandato que ha pasado sin pena ni gloria y cuyo máximo hito es la redacción de un plan municipal de la bicicleta que queda precioso en el papel, tanto que le acaban de dar un premio la Red de Ciudades en Bicicleta, pero que no llega a hacerse realidad.

La política ciclista de Espadas ha funcionado a base de parches. Del carril mil veces prometido a Valdezorras seguimos sin noticias, el desarrollo de nuevos tramos para conectar la zona norte, la biciestación de San Bernardo, la colocación de ciclocontadores, la prometida aplicación del contrasentido en determinadas calles del centro para garantizar la circulación ciclista en los ejes norte-sur y este-oeste en el centro, la promoción entre colectivos que hacen un uso menor de este medio de transporte sostenible… todo eso está pendiente también.

Por ser justos, se han colocado un puñado de bicicleteros -en muchos casos sin estudiar previamente la ubicación (en zonas de sol, alejados de edificios…)-, unas cuantas conexiones de carriles existentes, y eso sí, se ha abierto una oficina de la bicicleta junto a los jardines de Murillo. O eso vendieron. Porque esa supuesta oficina es en realidad un bar con veladores, mientras el servicio municipal (mezclado con otras tareas como la accesibilidad universal) está en la sede de Urbanismo en la Cartuja.

Y del mantenimiento mejor no hablar. Porque habría que recordar que el carril bici estuvo todo un año sin conservación. Y todo esto mientras Espadas promueve nuevos aparcamientos junto al centro, que solo van a fomentar el uso del vehículo privado. Pero ponerse la medalla de la movilidad sostenible y recoger premios se nos da de lujo.

¿Todo esto qué ha dado como resultado? Que lejos de alcanzar las promesas de aumentar los desplazamientos ciclistas, éstos siguen en descenso. Y es que Sevilla, que en 2006 vivió un boom ciclista, lleva ya demasiado tiempo sufriendo pinchazo tras pinchazo en políticas de fomento de la bici.

Sevilla necesita con urgencia un demarraje, dejar atrás las falsas promesas y los anuncios vacíos y ponerse a aplicar con seriedad un calendario de acciones concretas -algo que no contempla el plan municipal- con las que regresar a la cabeza de la movilidad ciclista y ser esa ciudad sostenible y habitable a la que aspiramos.

¿Qué está pasando con el Plan de la Bicicleta que acaba de recibir un premio? Simple y llanamente, que no se está cumpliendo:

  • No se cumple en las licitaciones que se aprueban. Por ejemplo el Plan contempla un presupuesto en mantenimiento de 1.225.206 euros para los años 2019 y 2020, mientras que el contrato aprobado sólo tiene previsto 563.000 euros.
  • No se cumple en los plazos previstos para las actuaciones ni en los presupuestos de inversiones anuales. En la gráfica de abajo podemos ver la diferencia entre lo previsto y lo finalmente ejecutado de las actuaciones recogidas en el plan para cada año:
  • Tampoco se cumple el plan cuando al alcalde se le ocurre eliminar el carril bici de la Cruz Roja y propone, a la ligera, trasladarlo a la avenida de Miraflores.

En definitiva, lo que Sevilla necesita es un gobierno que no esté dando banzados en materia ciclista y que cumpla con lo que aprueba. Urge recuperar la Oficina Municipal de la Bicicleta con la función de coordinar todas las políticas de fomento de la bicicleta, sin que se dividan las competencias entre Urbanismo o Movilidad y sin que se mezcle con un batiburrillo de asuntos. Urge garantizar el adecuado y efectivo cumplimiento del Plan Director de la Bicicleta aprobado, dotándolo de presupuesto anual y de mecanismos de seguimiento y evaluación. Y urge también participar y exigir el cumplimiento del Plan Andaluz de la Bicicleta, comprometiendo para ello los recursos de personal y financieros necesarios con el objetivo conservar, extender y mejorar la actual red de vías ciclistas, promoviendo su conexión con las redes metropolitanas.

Impulsar nuestra economía a golpe de pedal

«El socialismo exige para la realización de sus ideales cierto nivel en el uso de la energía: no puede venir a pie, ni puede venir en coche, sino solamente a velocidad de bicicleta.”

José Antonio Viera-Gallo. Subsecretario de Justicia durante la presidencia de Salvador Allende

 

sem2016

Cartel de la Semana Europea de la Movilidad de 2016

Hace bien el gobierno municipal en esta celebración de la Semana Europea de la Movilidad en ligar movilidad y economía bajo los lemas «Movilidad inteligente. Economía fuerte» o «Elige la movilidad que impulse nuestra economía».

Otra cosa, como de costumbre, es creerse los eslóganes… a no ser que el PSOE entienda por «impulsar la economía» las sucesivas licitaciones (externalizaciones-privatizaciones) para la elaboración de planes.

Primero el Plan de Movilidad Urbana Sostenible por 363.000 euros, aprobado en Junta de Gobierno de la semana pasada. Aquel Plan que iba a ser germen de la participación ciudadana de aquella Mesa de Movilidad (que en paz descanse) que se vendió a bombo y platillo con mucha foto y mucho anuncio grandilocuente… y que ha quedado reducido a unos muchos miles de euros para que una empresa privada lo elabore. Y cuando tengamos el Plan terminado, vete tú a saber dónde acaba.

Y segundo, el Plan de la Bicicleta por 72.600 euros aprobado únicamente con los votos a favor del PSOE en el Consejo de la Gerencia de Urbanismo de esta semana. Otro «impulso a la economía» (a la economía privada y poco transparente, pues se trata de un negociado sin publicidad y por urgencia) que ha servido como argumento para no hacer nada o hacer muy poco durante estos quince meses de gobierno de Espadas. Que no estudiamos la posibilidad de las ciclocalles… porque estamos esperando el Plan. Que no sabemos si Sevilla participará en eventos internacionales como el Velo-City… porque estamos esperando el Plan. Que la Oficina de la Bicicleta no arranca… porque estamos esperando el Plan. Que no ponemos en marcha la propuesta de A Contramano para el Casco Antiguo… porque estamos esperando el Plan.

Y además, un Plan de la Bicicleta que se queda totalmente corto según su pliego de prescripciones técnicas (y de ahí nuestra abstención en el Consejo de la Gerencia) pues se centra únicamente en los carriles-bici al abordar las infraestructuras, dejando atrás la problemática del aparcamiento, y no tiene en cuenta ni la intermodalidad de la bicicleta con otros medios de transporte ni la participación de ciclistas y expertos en su desarrollo. Ya veremos en qué queda el tan esperado Plan.

La bicicleta como motor económico

El discurso político sobre este vehículo sigue ligado a la mejora de la salud y a la reducción del tráfico, así que es hora de tomarse en serio la bicicleta y su potencial económico… y creerse el eslogan de que la elección de la bicicleta como medio de transporte prioritario puede servir para impulsar la economía de nuestra ciudad.

Más allá de los beneficios medioambientales, para la salud y para el tráfico, en los últimos años años hemos asistido a una auténtica explosión de actividades económicas en torno a la bicicleta (tiendas, talleres de reparación, reparto de mercancías…) y sus aplicaciones al turismo (establecimiento de préstamo de bicicletas, visitas guiadas específicas, organización de excursiones en bicicleta…) que han tenido un impacto muy positivo en la economía de Sevilla.

Según la Federación Europea de CiclistasEspaña podría generar 36.603 nuevos puestos de trabajo en el sector, si se duplicara la tasa de utilización de la bici en los desplazamientos diarios. La mayoría de esos empleos estarían vinculados al turismo ya que, según un estudio del Parlamento Europeo que recoge ConBici, el cicloturismo mueve en España más de 1.600 millones de euros al año.

La combinación es perfecta. El papel de Sevilla como capital española de la bicicleta (pese a la indolencia de Zoido y Espadas) y el núcleo turístico de enorme importancia que somos: nuestra ciudad podría y debería liderar estas políticas en favor de la movilidad ciclista y en la búsqueda de su potencial económico.

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Encuentro con empresas de la ciudad ligadas al mundo de la bicicleta (Mayo 2015)

Pero no es tan fácil. Durante la campaña de las elecciones municipales, allá por mayo de 2015, estuvimos reunidos con  representantes de empresas de nuestra ciudad ligadas al mundo de la bicicleta, como Santa Cleta, Quiquecicle o Enviciclo.

De aquella reunión sacamos múltiples y buenas propuestas… y una conclusión: hace falta retomar una política valiente de promoción de la bicicleta si de verdad queremos exprimir al máximo el potencial económico de los pedales.

Si no, todo quedará en meros titulares y eslóganes. Hace poco leíamos en el Diario de Sevilla que la bicicleta tocaba techo en nuestra ciudad: «Sevilla ha pasado de ser un referente internacional en movilidad sostenible a echarse en falta actuaciones programadas y bien planificadas en favor a la misma».

Múltiples estudios de los últimos años han incidido en esa cuestión, el uso de la bicicleta se estanca debido a la falta de políticas de promoción… ni Zoido estuvo a la altura, ni Espadas está demostrando un cambio. Al margen de la instalación de más aparcabicis en la vía pública… ¿qué se ha hecho?

Alcalde y Consejero en la foto de la anunciada firma del Plan Andaluz de la Bicicleta. Anunciada… porque firmarse no se ha firmado todavía.

Todos los colectivos ciclistas, en aquella reunión con empresarios de 2015 también se habló, insisten en la necesidad de recuperar la Oficina de la Bicicleta creada por Izquierda Unida en su momento. Por ahora lo que tenemos es una reestructuración en la Gerencia de Urbanismo para crear el «Servicio de Sostenibilidad e Innovación Urbana»… el mismo que ha elaborado los insuficientes pliegos del Plan de la Bicicleta que ya hemos mencionado.

Y en esa estamos, a la espera de que el gobierno de Juan Espadas se lo crea. Fotos ya tiene unas cuantas, titulares también, presupuesto (gracias a las enmiendas de IU) también… ¿qué falta? ¿Será la elaboración del Plan? Toca esperar.

Cercanías: propuestas sin cintas de inauguración que cortar

El anuncio del alcalde, Juan Espadas, relativo a la licitación de la ampliación del tranvía hasta Santa Justa en 2017 vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la falta de infraestructuras en la ciudad y los problemas de movilidad que siguen sin resolverse.

El coste de esta actuación se calcula a priori en torno a unos 40 millones que el Ayuntamiento no tiene, que seguramente se incrementarían a lo largo de su ejecución y que, además, están condicionados a la llegada de fondos europeos.

mapa-cercaniasSi bien es cierto que Sevilla arrastra carencias importantes de infraestructuras en materia de transportes y que la ampliación del tranvía o del metro son demandas históricas de la ciudad -que suelen reaparecer en los debates sobre los Presupuestos Generales del Estado cada año-, cada día surgen también más voces clamando por la puesta en marcha de alternativas de movilidad sostenibles, menos costosas y que pasan por aprovechar mejor o potenciar lo que ya existe.

En esta línea se enmarcan, por ejemplo, propuestas como la de aumentar las frecuencias entre los trenes de Cercanías o la de acercar TUSSAM a las paradas de éstos. Se trata de medidas que no son tan “visibles” para el ciudadano de a pie como una obra nueva, ni  tan “vendibles” en términos mediáticos (al no haber cintas de inauguración que cortar), pero que pueden ser muy beneficiosas para la movilidad y el interés general de la ciudad.

Dentro de la mejora del servicio de Cercanías y de la red de transportes de Sevilla en general, es necesario estudiar las propuestas planteadas desde diversos colectivos ciudadanos como la asociación “sevillasemueve” y esta moción quiere dar respuesta a algunas de sus reivindicaciones.

La red de Cercanías, que está infrautilizada, es una gran desconocida para la mayoría de la población y eso que cuenta con cinco líneas y con un total de diez estaciones en nuestro término, cada una de ellas con diferentes potencialidades:

  • Santa Justa: la principal estación de tren de la ciudad, punto de llegada de miles de viajeros y unión de las cinco líneas de cercanías.
  • San Bernardo: zona de oficinas con varios campus universitarios a su alrededor, conecta el tranvía con Plaza Nueva, la línea 1 de Metro y diferentes líneas de TUSSAM.
  • Palacio de Congresos: además del atractivo que pueda suponer FIBES, hablamos de una de las zonas más populosas de la ciudad y, a la vez, más alejadas del centro.
  • Padre Pio – Palmete: situada en el entorno de barrios populares como Padre Pio, Palmete o La Plata, alejados igualmente del casco histórico.
  • Virgen del Rocío: estación junto al hospital del mismo nombre, que genera un tráfico innegable, y junto al campus universitario de Reina Mercedes.
  • Jardines de Hércules: situada junto a la barriada del mismo nombre en el Distrito Bellavista-La Palmera.
  • Bellavista: estación ubicada casi en el centro del barrio y muy cerca del Hospital Nuestra Señora de Valme.
  • San Jerónimo: se encuentra en el extremo más al norte de este barrio popular de la ciudad de Sevilla y muy alejado del centro histórico.
  • Estadio Olímpico: parada que puede dar servicio tanto a las oficinas del Estadio Olímpico como a los eventos puntuales que allí se celebran, también está cerca de una de las entradas del Parque del Alamillo, espacio de esparcimiento durante los fines de semana de muchos sevillanos y sevillanas.
  • Cartuja: fin de la línea de cercanías C2 situada a la altura de la avenida Marie Curie, no sólo puede dar servicio a trabajadores y trabajadoras de las múltiples empresas emplazadas en el Parque Tecnológico de la Cartuja, sino también a los estudiantes de las facultades de Ciencias de la Comunicación e Ingenierías.

A todas estas posibles conexiones dentro de la ciudad hay que sumar otras paradas proyectadas en Pino Montano, Calonge-Buen Aire, Infanta Elena, Guadaíra-Pablo de Olavide, El Pítamo o Pineda. Y tampoco podemos olvidar los enlaces con municipios cercanos a la capital (Dos Hermanas, Camas, Valencina, La Rinconada, Brenes…) o a otras localidades más alejadas (Sanlúcar la Mayor, Constantina, Lora del Río o Utrera).

Con la actual red de cercanías, la conexión entre San Bernardo y Santa Justa se realiza en 4 minutos con una frecuencia de paso de 10 minutos de media. Cabe preguntarse, por tanto, si es oportuno y prioritario en este momento una nueva infraestructura por la superficie, como el tranvía, teniendo ya una subterránea como el cercanías, aún sin haber realizado un adecuado estudio técnico que defina la necesidad real de esta intervención, así como su ampliación planificada y orientada a una futurible red de tipología tranviaria, del mismo modo que en su día se hizo con el Metro.

¿No sería más prioritario y oportuno, antes de acometer nuevas grandes obras, focalizar todos los esfuerzos en la ansiada integración tarifaria y en el billete único?

Desde IU vemos más urgente y necesario hacer posible que quien llega a San Bernardo en bicicleta, tranvía, bus o metro pueda realizar transbordo con ese cercanías que ya existe; hacer posible que el turista que recala en Santa Justa conozca que hay un cercanías desde esa misma estación que une diferentes puntos de la ciudad en los cuatro puntos cardinales y que, luego, pueda hacer transbordo con las diferentes líneas de TUSSAM de los barrios.

En definitiva, tal y como dice el título de esta moción, entendemos que hay mucho trabajo por hacer aún para poner en valor la red de cercanías.

El ejemplo más claro de que esta red está infrautilizada es el único sentido de la línea circular C4, que te permite ir de Santa Justa hasta Sevilla Este en unos 6 minutos, pero que te obliga a dar toda la vuelta a la ciudad si quieres ir en el sentido contrario tardando unos 20 minutos de media.

Que los horarios entre líneas no estén coordinados también es una muestra del poco provecho que se le saca a la red de cercanías. Pongamos como ejemplo un vecino de Sevilla Este que entra en su centro de estudio o de trabajo, situado en la Cartuja, a las 9 de la mañana… tendría que coger el tren a las 7:34 de la mañana (¡hora y media antes!). Evidentemente, ante este panorama, a uno no le queda otra que recurrir al vehículo privado.

Salida desde Palacio de Congresos (C4) Llegada a Santa Justa (C4) Salida desde Santa Justa (C2) Llegada a la Cartuja (C2) Entrada en el centro de estudio o trabajo
7:34 7:52 8:09 8:27 9:00

Con el simple hecho de reinstaurar el doble sentido en la línea circular C4, el trayecto del ejemplo anterior se reduciría a unos 40 minutos.

A esta ineficiencia de la red actual, hay que sumarle el tamaño de zonas como Sevilla Este, Alcosa o Cartuja y el problema de cómo llegar desde tu origen a las estaciones de cercanías. La creación de nuevas líneas de TUSSAM o la introducción de modificaciones en las existentes (en recorrido u horario) podrían ser algunas soluciones a esta cuestión.

Otro déficit a abordar es el de la señalización, algo que parece muy elemental pero que es sumamente necesario. Ante esto nos preguntamos: ¿Conocen los usuarios de TUSSAM que algunas de sus paradas están junto a estaciones de cercanías? ¿Puede mejorarse la señalización en la estación de Santa Justa para propiciar e invitar al uso intermodal de TUSSAM y Cercanías? ¿Puede facilitarse el acceso a la estación de Cartuja, no solo mediante la señalización de ésta dentro del Parque Tecnológico, sino también mediante la creación de un paso de peatones frente a su puerta de acceso que evite a los usuarios tener que realizar largos recorridos a pie? ¿Puede promoverse la instalación de aparcabicis seguros en las estaciones, de tamaño acorde a la demanda de cada una, que favorezcan la intermodalidad bici – tren para potenciar el radio de acción de éstas?

Pero nada de esto serviría si no apostamos por una verdadera integración de todas las redes de transporte público existente: cercanías, metro, autobuses, tranvía y Sevici. ¿Tiene sentido el anunciado BTR desde Blas Infante hasta la Cartuja si su tarifa no se integra con el metro y el cercanías?

ctmadridCualquier actuación de mejora pasa por la incorporación del Cercanías (dependiente de Renfe y del Gobierno central) en el Consorcio Metropolitano de Transportes, en el que participa la Junta, la Diputación y 45 municipios (entre ellos el de Sevilla capital). Cambiar la filosofía de este Consorcio es fundamental así como desterrar, de una vez por todas, la mentalidad competitiva entre diferentes instituciones por el bien de la ciudad y su área metropolitana. El ejemplo de Madrid es claro, el Consorcio de Transportes no tiene competencia sobre el Cercanías, aunque sí hay un acuerdo para el uso del billete integrado.

Apostar por el Cercanías y poner en valor su red es también caminar hacia los compromisos adquiridos en la última Cumbre del Clima celebrada en París. Se hace necesario superar la tradicional e ineficiente política de transportes, desarrollando en su lugar una política de movilidad sostenible para que los desplazamientos se realicen con un impacto ambiental positivo o en todo caso con el menor impacto ambiental posible, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático, al ahorro y a la eficiencia energéticas, y a la reducción de la contaminación acústica y atmosférica.

Por último, leíamos en prensa el pasado mes de julio el titular “La Gran Sevilla vuelve a la agenda del alcalde”. Esperemos que sea así de verdad, pero se trata de priorizar: centremos los esfuerzos en lo urgente (poner en valor lo que tenemos e integrar todos los medios de transporte en una tarifa) para, después, centrarnos en lo “secundario” (la ampliación de la red existente).

En este enlace te puedes descargar la moción que presentamos en el Pleno de mayo y que recoge ocho acuerdos en total para poner en valor la red de Cercanías en nuestra ciudad.

¿Presupuestos del cambio?

Revuelo en la Plaza Nueva. El alcalde anuncia que va a presentar los presupuestos para 2016… cuando normalmente se aprueban en diciembre del año anterior.

El alcalde dice que a la oposición le va a gustar… lo mismo dijo con las ordenanzas fiscales y se tuvieron que aprobar diferentes aportaciones y enmiendas para que contaran con nuestro voto favorable. Recordemos la minoría en la que está instalada el equipo de gobierno de la ciudad.

Izquierda Unida hizo los deberes a tiempo. El pasado mes de noviembre (a finales) hicimos llegar al Delegado de Hacienda (por escrito) nuestras prioridades presupuestarias para el año que acaba de comenzar… seguimos a la espera de conocer el anuncio del alcalde para ver si coincide o no.

Igual que repetimos hasta la saciedad durante la campaña electoral: nuestra prioridad es el pan, el trabajo y el techo. El Ayuntamiento ha de garantizar una vida digna a todos los sevillanos y sevillanas y, por lo tanto, en estos nuevos presupuestos municipales tiene que haber una plasmación en números, en euros, para estas cuestiones.

Cuando hablamos de pan, hablamos de suministros básicos. A ninguna familia sevillana se le puede cortar el agua o la luz por cuestiones económicas, debemos pasar de la actual beneficencia a unos servicios sociales proactivos que garanticen estos derechos básicos a todas las personas.

Cuando hablamos de trabajo, repetimos lo que ya dijimos en la investidura (y a lo que Espadas se comprometió con su firma): «El Ayuntamiento no puede ser un mero espectador frente al drama del paro en nuestra ciudad. El fomento de la economía local y la creación de empleo deben ser las prioridades del gobierno municipal de Sevilla. Es necesario un Plan Extraordinario de Empleo que atienda a las familias sin ingresos».

Hablamos, por tanto, de fondos propios para un plan de empleo: la rehabilitación de zonas degradadas, de patrimonio público, la atención socio-cultural en barrios necesitados… Si se quiere ser ambicioso, se puede. Contemos con todo el intelectual colectivo que ofrecen los diferentes grupos municipales, los empresarios, los sindicatos o las asociaciones de vecinos (los que mejores conocen su territorio) para poner en marcha este plan.

Y cuando hablamos de techo, hablamos de garantizar la función social de la vivienda. El pasado 24 de noviembre se aprobaron muchas propuestas en el Pleno Extraordinario de Vivienda (que nosotros impulsamos a petición de la PAH Sevilla Este-Amate). Pues bien, todas esas medidas tienen que estar reflejadas en los presupuestos: la oficina municipal por el derecho a la vivienda, las ayudas al alquiler, la adecuación de las rentas de Emvisesa al 30% de los ingresos familiares…

Tampoco podemos olvidar lo que se aprobó en las ordenanzas fiscales, como antes he comentado. Los presupuestos de 2016 deberán recoger la línea de ayudas económicas para el pago del IBI (ayuntamientos del PP, como el de Málaga, ya la tienen en marcha) o el bonobús social para trabajadores que cobren menos del salario mínimo.

Sobra decir, que desde los presupuestos hay que garantizar también el mantenimiento del carácter público de nuestras empresas municipales y el aumento del gasto en asuntos sociales para que, de forma eficiente, podamos garantizar ese «pan» a todos los sevillanos y sevillanas.

Especial mención merece el Instituto Municipal de Deportes, se han aprobado diversas mociones en el Pleno para asegurar poco a poco que el deporte vuelva a ser un derecho y no un negocio. Eso también tendrá que estar reflejado en el presupuesto para 2016.

No podemos olvidar la defensa de una ciudad habitable y sostenible: hay que mejorar nuestras vías ciclistas y recuperar la Oficina de la Bicicleta, como instrumento necesario que coordine todas las políticas a favor de la bicicleta. La puesta en marcha de un plan para garantizar la accesibilidad universal (moción nuestra aprobada en el último Pleno) y la defensa de un modelo de movilidad sostenible, a través de un Plan Municipal y de actuaciones concretas, también es una de nuestras prioridades presupuestarias para los primeros presupuestos post-Zoido.

Y, para terminar y no por ello menos importante, el Ayuntamiento no puede dar la espalda (la espalda presupuestaria) a la lacra de la violencia de género. Por ello hemos propuesto el aumento de la partida de Planes de Igualdad y lucha contra la Violencia Machista. El compromiso con la Cooperación al Desarrollo también debe estar patente, ampliando progresivamente los fondos destinados a este tema tras su desaparición en la etapa del PP. Y, aunque ya no salga en los telediarios, tampoco podemos mirar a otro lado ante la cuestión de los refugiados. Me remito de nuevo al acuerdo firmado por Espadas: «Declaremos Sevilla como una CIUDAD ABIERTA, donde el civismo y la cooperación sean las normas que marquen la convivencia entre sus gentes; donde ningún ser humano sea ilegal; y donde la migración sea contemplada como un fenómeno enriquecedor de nuestra propia diversidad».

Y a todo esto, que sería el fondo del presupuesto, hay que sumar las formas. Hablamos de un ejercicio de transparencia presupuestaria, como ya exigimos el pasado mes de octubre tras nuestro encuentro con la Plataforma de Auditoría Ciudadana de la Deuda (PACD). Se hace necesario, entre otras cuestiones, un “Presupuesto Ciudadano”: una presentación no técnica que permita a cualquiera comprender los planes del gobierno municipal para ingresar y gastar los fondos públicos.

¿Presupuestos del cambio? Habrá que verlos.