Efectivamente, fui monaguillo en la hermandad de El Museo. Hermano desde mi nacimiento, monaguillo y nazareno… hasta hace unos 10 años cuando nos dimos de baja mi familia entera.
Hace un mes recibí un email, al correo corporativo del Ayuntamiento, de parte de la Mayordomía de la Hermandad reclamándome las cuotas desde 2002… me ofrecían que las abonase o bien que solicitara mi baja como hermano, «para lo cual nos es necesario que nos remita un correo solicitándolo ya que, sin ese requisito, la Hermandad no da de baja a ningún hermano».
Lo primero que llama la atención es que contacten conmigo a través del email corporativo de concejal… ¿se pusieron a buscarlo en la web del Ayuntamiento? ¿Por qué no han usado los medios de contacto que supuestamente tenían? ¿Por qué no han enviado una carta a la dirección postal a la que, siendo hermano, enviaban los boletines?
Lo segundo que llama la atención es por qué no me han reclamado esas supuestas cuotas en estos más de 10 años… ¿No me dieron de baja cuando se solicitó? ¿Por qué a mi padre y a mi hermano, dados de baja en el mismo momento que yo, no le han reclamado esas cuotas?
En definitiva, sorprendido por recibir ese correo y entre bromas de que el tema saldría en el ABC (llámenme adivino), les respondí con el siguiente email:
«Buenas tardes
Entiendo que en 1988 cuando me hicieron hermano no tuviera email, aunque seguro que disponen de otros medios para contactar conmigo tal como el correo postal (donde he recibido el boletín de la Hermandad hasta que nos dimos de baja).
Aún así, entiendo que han encontrado este email por Internet…
No tengo constancia de deber 14 anualidades de la cuota, lo que sí me consta es que tanto mi padre, como mi hermano y como yo nos dimos de baja en la Hermandad hace ya un tiempo (in situ en la sede).
Habrá habido un error y sigo figurando como hermano. Así que opto por la opción dos que me ofrecéis en vuestro email: solicitar mi baja como hermano.
Un saludo. Ruego me confirmen el asunto cuando lo hayan gestionado.»
Ahí quedó la cosa, no recibí confirmación ninguna. Pero es entonces cuando la Hermandad se pone en contacto con mi padre y mi hermano (tenían sus emails y en más de 10 años no reclamaron ninguna cuota):
«Puesto en contacto con Daniel González Rojas, me comunica que tanto él como su hermano David y su padre solicitaron causar baja como hermanos hace ya algunos años.
En nuestra base de datos siguen figurando como hermanos y en el mismo domicilio: [mi padre, mi hermano y yo mismo]
En su correo, Daniel nos ha solicitado su baja como hermano por lo que procederemos a efectuarla, pero desearíamos saber cómo proceder con David y Miguel Ángel.
Les rogaría nos indicasen si también desean darse de baja para poder proceder en ese sentido o, en caso contrario, ver la forma de actualizar las cuotas atrasadas que tienen ambos.
A la espera de sus noticias, reciban un cordial saludo»
¿Tenían mi domicilio? ¿En 10 años no se han podido poner en contacto? En fin, a esto mi padre les reitera nuestra petición de baja y la Hermandad respondió con un escueto «hecho» el pasado 29 de septiembre, tal y como reproduzco abajo:
Después de este cruce de emails durante el mes pasado, ayer me entero por el ABC que la Hermandad me da de baja «por impagos»… ¿no se supone que no dan de baja a nadie si no lo solicita? ¿Han mantenido nuestros datos aún cuando solicitamos la baja hace tiempo?
Recoge el ABC la pregunta de un hermano en el Cabildo celebrado esta semana sobre mi situación dentro de la Hermandad… reunión que trasciende a dicho medio de comunicación incumpliendo (a bote pronto) dos de los niveles de seguridad reglamentados para la Ley Orgánica de Protección de Datos de Caracter Personal:
- El nivel medio, relativo a situaciones financieras: mis supuestos impagos.
- Y el nivel alto, relativo a la religión y creencia: se da por supuesto el ser católico para ser hermano.
Más allá de esta cuestión (un supuesto incumplimiento legal), uno puede pensar que quieren hacer una caza de brujas… ¿Acaso el Mayordomo me reconoció al salir en los medios, le dio por buscar mi email en la web municipal y, ahora sí, exigirme las cuotas de los años en los que no he sido hermano? ¿Aburrimiento o algún fin intencionado? Evidentemente no, eso no encaja dentro de los principios cristianos que se suponen a cualquier Hermandad.
¿Principios periodísticos? Eso ya es otra cosa… seguramente al periodista en cuestión le molestó mis múltiples críticas a la adjudicación hecha por el gobierno de Zoido de una web de «participación ciudadana» al diario ABC, web de la que era director. Coincidencias de la vida…
Luego está el amarillismo mediático que ve algo de interés en mezclar mi ideología política con cuestiones religiosas como:
- Que estudié en Los Maristas… es cierto ¿y? Como a la mayoría de los menores, no le dejan elegir colegios. En mi caso, cuando me dejaron elegir me fui al IES Vicente Aleixandre.
- Que me guste la Semana Santa… es cierto ¿y? ¿La Semana Santa está limitada sólo a ciertas ideologías?
- Que tenga «un abono en la Carrera Oficial en el Laredo»… exactamente no es así, el abono era de mi madre… y tampoco era en el Laredo.
En múltiples ocasiones me han intentado «criticar» por estas cuestiones… pero claro, tampoco se puede esperar mucho de mentes cerradas y cerriles. Soy un personaje público, estoy abierto a las críticas… ¿alguna de ellas sobre mi actividad política? Pues no.
Del ABC no espero nada, de la Hermandad de El Museo sí… por eso voy a solicitar una reunión para que me expliquen tantas dudas que me han surgido.
El enemigo de la Semana Santa lo tienen dentro, no intenten buscar un chivo expiatorio. Y sí… fui monaguillo. ¿Y qué? Eso sí, mi abuela está encantada con que el ABC saque mi foto de monaguillo, hay que reconocer que estoy adorable.