Hoy la mayoría de la prensa local destacaba una noticia: Espadas no podrá evitar que la policía local actúe en los desahucios. Frente al lema de «Sí se puede» comienzan a surgir voces conjugando el verbo poder en negativo.
Tras cuatro años de gobierno absolutísimo del Partido Popular en la ciudad, es el momento de pegar un puñetazo sobre la mesa, de ser valientes y de exigir un Ayuntamiento que no sea neutral.
El Ayuntamiento no puede ni debe hacer el trabajo sucio para la banca. Ni la policia, ni los bomberos (como alguien ya ha dejado caer) deben participar en los desahucios si de verdad nos creemos aquello de un Ayuntamiento que esté del lado de las familias que lo están pasando mal.
Apoyamos la investidura de Espadas el pasado 13 de junio para, como se recoge en el compromiso firmado con el PSOE, hacer de Sevilla “una ciudad libre de desahucios” y para “abrir un nuevo tiempo en el que la vivienda sea un derecho y resulte imposible que pueda haber gente sin casa mientras algunos se enriquecen con la necesidad”.
No sólo se trata de acuerdos entre formaciones políticas, el propio PSOE se comprometió en campaña electoral con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH Este-Amate) con una serie de acuerdos entre los que estaba el de “no aportará apoyo de la policía local a los operativos policiales de las órdenes de desahucio”. Entonces… ¿a qué viene este debate ahora?
¿A qué viene recular ahora? Sobre todo cuando muchos municipios han demostrado que sí se puede: Conil, gobernada por IU, o Albox en Almería, gobernada por el PSOE.
Si en su día Andalucía fue vanguardia en políticas de vivienda, parece que estamos volviendo a la retaguardia con medidas como la anunciada por el gobierno de Susana Díaz de comprar las viviendas a los bancos… lo que sería, de nuevo, rescatar a la banca con dinero público. Esperemos que esta idea ni se le haya pasado al gobierno municipal por la cabeza y, sobre todo, teniendo en cuenta el número de viviendas públicas vacías en la ciudad.
Lo que sí esperamos que se le haya pasado por la cabeza, es la posibilidad de aplicar la ley y sancionar las viviendas vacías propiedad de los bancos. Ni bolchevique, ni revolucionaro… simplemente cumplir la ley.