¿Qué hacer para que el gobierno municipal te responda?

Con la entrada en vigor del nuevo Reglamento Orgánico del Pleno, hay dos posibilidades para poder registrar una pregunta y que el gobierno municipal tenga que responder en el Pleno o en la Comisión de Control y Fiscalización.

Turno ciudadano en el Pleno

El artículo 65 del nuevo Reglamento recoge algo que ya existía y que en el mandato anterior se empezó a usar bastante: el turno ciudadano. Al final del Pleno (que se celebrarán los terceros jueves de cada mes como norma) se podrán realizar hasta cuatro preguntas orales, presentadas por una entidad o directamente por una persona, que serán respondidas por algún delegado o delegada en ese mismo momento.

Aunque en el Reglamento no se recoge el plazo de registro, éste debe ser como mínimo de seis días hábiles antes de la celebración del Pleno. En caso de tratarse de un tema que afecte a un solo barrio, se puede presentar directamente en el Pleno de la Junta Municipal del Distrito correspondiente.

El Reglamento incluye algunas limitaciones: no serán admitidas a trámite preguntas que se refieran a asuntos que ya hayan sido debatidos y votados por el Pleno o que hayan sido objeto de alguna pregunta del turno ciudadano en el último año y se limita a 4 preguntas por mes, tendrán preferencia aquellas entidades que hayan planteado menos cuestiones en el último año.

Pregunta escrita a la Comisión de Control y Fiscalización

Como novedad, y a propuesta de Izquierda Unida en el anterior mandato, el artículo 107 recoge la posibilidad de que las entidades legalmente inscritas en el Registro Municipal puedan presentar ruegos, preguntas o interpelaciones que serán respondidas por el gobierno por escrito (a no ser que el delegado o delegada en cuestión quiera hacerlo de forma oral).

6.-Las vecinas y vecinos podrán presentar, a través de entidades debidamente registradas en el Registro municipal correspondiente, ruegos, preguntas o interpelaciones a la Comisión de control y Fiscalización del Gobierno, con cinco días de antelación, que en todo caso serán respondidas por escrito salvo que el concejal o concejala que vaya a contestar manifieste su voluntad de responder de manera oral.

Las preguntas deberán ser registradas con cinco días de antelación (esta Comisión se celebraría el viernes de la segunda semana de cada mes a las 9 de la mañana) y el gobierno tiene un plazo para contestar en el plazo de quince días desde la fecha límite de recepción de las preguntas.

 

Urbanismo participativo: un camino para comenzar a recorrer

Aunque el urbanismo es una cuestión que afecta a todos los vecinos y vecinas, tradicionalmente ha sido gestionado únicamente por técnicos y políticos. De esta forma, la toma de decisiones sobre las formas y usos de los espacios públicos está lejos de los ciudadanos y pocas veces se tiene en cuenta sus intereses y deseos.

Frente a este modelo, cada vez está más extendido lo que se conoce como “urbanismo participativo”, que plantea nuevas formas de entender la ciudad, el urbanismo y la política, a la vez que supone un reto para administraciones públicas y promotores de las mismas.

En las últimas décadas, las ciudades han sido gestionadas como si se tratasen de unidades negocios  y, más que responder a las necesidades de los ciudadanos, el objetivo ahora pasa por lograr que sean competitivas en un mercado internacional.

Valga como ejemplo el caso de la “smart-city”, de la que tanto habla el alcalde, una estrategia que se atiene a reglas más próximas al marketing y al mercado que a los principios de equilibrio y justicia social y territorial. La verdadera intención que está detrás de este concepto no es la de hacer una ciudad más habitable y sostenible, sino la de acaparar inversiones mediante la atracción del turismo y de empresas que tienen unos objetivos muy diferentes a los intereses de los vecinos.

El contexto actual, tras la caída del modelo económico del ladrillo que marcó el desarrollo urbano local, obliga a las administraciones, a los técnicos y a la sociedad civil a reconsiderar el futuro de nuestros municipios. Las políticas urbanísticas llevadas a cabo durante las últimas décadas pusieron el territorio y los núcleos urbanos al servicio de una maquinaria financiera que precisaba de una frenética actividad urbanizadora y constructora para la generación de beneficios. El estallido de esta burbuja hace imposible la continuidad de estas políticas, evidenciándose la necesidad de articular nuevas estrategias más sostenibles que se basen en la resolución de las necesidades de la población y la mejora de sus condiciones de vida.

Frente al antiguo modelo surge el “urbanismo participativo”, que pone el énfasis en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, adquiriendo ésta un rol de productor a la vez que consumidor de espacios urbanos.

En estos momentos de crisis aparecen con más frecuencia conflictos entre las administraciones, que en gran parte mantienen las lógicas inmobiliarias del periodo anterior, y los intereses de los vecinos, supuestos beneficiarios de estos proyectos.

Los sucesos ocurridos en el barrio de Gamonal en Burgos, del Cabanyal en Valencia o las movilizaciones que se produjeron en el mandato anterior contra el parking en la Alameda de Hércules, en nuestra ciudad, son claros ejemplos de cómo proyectos urbanísticos de la administración han entrado en clara contradicción con los intereses de los vecinos.

Una exitosa iniciativa enmarcada en el “urbanismo participativo” es la promovida, bajo el título de ‘estonoesunsolar’, por el Ayuntamiento de Zaragoza para transformar una serie de solares vacíos de la ciudad en lugares de uso público con carácter dotacional. Esta propuesta ha gozado de una gran aceptación entre políticos, arquitectos y especialmente entre los vecinos y vecinas de la zona, los auténticos beneficiarios de la misma.

Pero, cuando desde Izquierda Unida abogamos por garantizar la participación ciudadana en el urbanismo, no sólo nos referiremos a los grandes proyectos que modifican de una u otra forma la ciudad… también hablamos de las “pequeñas” actuaciones que suponen la transformación de espacios públicos en los diferentes barrios y distritos.

En definitiva, la determinación de las necesidades y objetivos de las nuevas políticas urbanísticas no deben quedar exclusivamente en manos de la administración y de los técnicos, sino que se debe dar voz y poder de decisión sobre su entorno a quienes mejor conocen sus problemas: los vecinos y vecinas.

Sólo mediante la participación efectiva de los ciudadanos en este proceso se pueden articular políticas que supongan una solución a los problemas existentes en toda su complejidad y mejoren la calidad de vida de todos los vecinos y vecinas de Sevilla.

En enero de 2016, el Grupo Socialista presentó una moción a este Pleno para que el Gobierno Municipal adoptara “las medidas necesarias para introducir, como experiencia piloto para su evaluación, mecanismos de participación en la planificación de determinadas actuaciones de mejora urbana en espacios y equipamientos públicos”. Las dudas que desde IU planteamos a esta propuesta, más de un año después, siguen vigentes: ¿en qué se ha concretado esa “experiencia piloto”?, ¿qué consecuencias reales ha tenido para vecinos y vecinas?, ¿a qué transformaciones urbanas han dado lugar?

Bajo el nombre de ‘REAVIVA’, el equipo de gobierno anunció un nuevo modelo de trabajo urbanístico que implicaba a las entidades ciudadanas para que participaran en su desarrollo con actuaciones en las calles y espacios públicos de todos los distritos. El Delegado de Hábitat Urbano, Antonio Muñoz, destacaba “el innovador” esquema de trabajo y que la Gerencia de Urbanismo tenía que convertirse en “motor de la ciudad” y tener una marcada “función social”.

Aunque la Gerencia de Urbanismo haya obtenido el I Premio Andalucía de Urbanismo por este programa y el Gobierno Municipal insista en que es un programa donde “la participación ciudadana es esencial”… no hemos visto la participación ciudadana por ningún lado.

Desde Izquierda Unida somos conscientes de que no se puede aplicar el “urbanismo participativo” por un decreto de Alcaldía, entendemos que esto debe ser un proceso, un cambio de mentalidad entre técnicos y políticos. Se puede correr el riesgo de caer en la seducción de la terminología, la metodología o en los clichés de la participación o, directamente, quedarse en lo superficial de estas iniciativas. Por eso mismo, los acuerdos de la moción son el inicio de un camino que entendemos que debemos comenzar a recorrer.

Imagen del artículo «El urbanismo participativo: una nueva forma de organizar la ciudad» publicado en ‘El País’

De lo abstracto a lo concreto, queremos que toda obra con un presupuesto superior a los 90.000 euros se someta a información pública de forma previa a la licitación para que, en un proceso participativo, se realicen propuestas de mejoras al proyecto inicial. En caso de existir una oposición significativa, se sometería la propuesta a consulta.

Para ir todavía más a lo concreto,  proponemos que se cree un grupo de trabajo, donde participen los Grupos Municipales y personal técnico de la Gerencia de Urbanismo, para regular el proceso a fin de que pueda ser recogido en el proyecto de Reglamento de Participación Ciudadana que se está elaborando actualmente, garantizando los principios de participación directa, universalidad, transparencia, eficacia, seguimiento y rendición de cuentas.

* En este artículo puedes leer más sobre el tema, parte de la exposición de motivos de la moción se ha basado en el mismo.

Derecho a decidir… pero poquito

cstupqrwgaafijy

Nuestra ciudad se encuentra inmersa en un proceso de participación (no digan referéndum, no digan consulta) sobre las fechas de la próxima Feria de Abril. No se habla de otra cosa, en las calles, en las plazas, en las puertas de los colegios a la hora de recoger a los críos…

Que en Sevilla se realice una consulta (digo, proceso de participación…) por primera vez en la historia para que los vecinos y vecinas decidan con su voto debería ser motivo de orgullo, para que el alcalde sacase pecho del asunto y se marcase algún titular que hiciese sombra a los alcaldes y alcaldesas ‘del cambio’: chúpate esa, Carmena, que ha sido el PSOE el primero en celebrar un referén… un proceso de participación ciudadana.

Pero aquí no hay nada para estar orgulloso. El gobierno socialista de lo único que está orgulloso es del «coste cero»… como si todo les fuera en ello. Que digo yo que las horas de trabajo en la realización de la aplicación informática algo habrán costado, que las horas en que los funcionarios estén en los centros cívicos para la votación presencial también costarán algo y que la impresión de dípticos informando de cómo se vota tampoco ha salido gratis. Afrontar una consulta ciudadana desde el prisma del coste cero hace un flaco favor a la democracia y a la participación ciudadana.

Si bien es cierto que desde IU valoramos positivamente que se le consulte a los vecinos y vecinas y que se amplíen los mecanismos de participación ciudadana… este proceso se queda corto.

consulta-feria-herramientaNo sólo se queda corto por el proceso en si: hasta ayer no conocíamos los entresijos del proceso. El Pleno del Ayuntamiento únicamente ha tenido conocimiento del texto literal de las preguntas… pues es lo único que se recogía en la moción aprobada del PSOE. Echamos en falta, por ejemplo, la puesta en marcha una campaña informativa con la finalidad de que se puedan explicar públicamente las diferentes posiciones con relación a la consulta.

Y es que, me da la sensación, que desde el gobierno municipal han querido bajar el perfil de la consulta. La ausencia de una campaña informativa y la ausencia de Espadas ayer en la presentación pública indican esa intención de que la consulta pase desapercibida. Que pase cuanto antes, no ya por esas deficiencias en el proceso que hemos comentado… si no por la consulta en si misma.

Con los problemas que hay en la ciudad, que la primera consulta sea sobre la Feria parece un poco frívolo. Estamos en España con la búsqueda de un gobierno, mirando de reojo con hastío la celebración de unas terceras elecciones generales… y ahí que se planta Sevilla con su propia votación sobre si se amplia la Feria para que haya más días no laborables. Y el vecino de Castilla y León, que tiene en su cabeza el topicazo de que en Sevilla no se trabaja durante la Feria, pensará: ¡pues vaya problemas que tienen los sevillanos!

Y si hablamos de tópicos, tenemos que hablar del turismo. Aunque el gobierno municipal no quiera hacer campaña por el sí, únicamente hablan de los beneficios para el turismo que tendría la ampliación. La patronal hostelera hace palmaditas con las orejas… parece que la pretendida ampliación se hace sólo pensando en el negocio del sector turístico. Como si el turismo fuera la gallina de los huevos de oro donde ponemos todas nuestras esperanzas para salir de la crisis, convirtiendo nuestra ciudad en un simple escaparate para el extranjero y a los sevillanos y sevillanas en simples prestadores de servicios.

¿Qué pasa con la economía sumergida? ¿Qué pasa con los trabajo precarios? ¿Qué pasa con las personas que limpian casetas de noche y cobran 3,5 euros la hora? Es verdad que un día más, será un día más de empleo… ¿pero qué tipo de empleo? ¿Nos pararemos a pensar en algún momento sobre estos abusos o seguiremos absortos mirando los farolillos como si aquí no pasara nada?

Y, además, si se pregunta sobre la Feria… ¿por qué sólo preguntar sobre sus fechas? El debate sobre la Feria de Abril debería ser mucho más amplio. ¿Por qué no hablamos de la necesidad de habilitar más casetas de libre acceso? Esa es la gran asignatura pendiente y el reto que el gobierno municipal debería afrontar, de forma serena y valiente, con el objetivo de lograr que la Feria sea cada vez menos elitista y más accesible y universal. Y la solución no es la ocurrencia de Espadas de habilitar casetas privadas a determinados hoteles, ya que esta iniciativa está pensada únicamente para los turistas, fomenta la idea de la «ciudad escaparate» y olvida de lleno a los cientos de miles de sevillanos que tampoco cuentan con caseta.

¿Por qué no hablamos del bienestar animal durante esos días? Del sufrimiento de los caballos, de los que mueren de cansancio y de sed. ¿Por qué no hablamos de la conveniencia o no de tener circos con animales salvajes? La ciudad de Málaga (con el PP) ya los prohibió… eso se le ha olvidado a Espadas en su eje entre capitales.

¿Por qué no hablamos de la accesibilidad? De la eliminación de barreras arquitectónicas para hacer una Feria plenamente accesible

¿Por qué no hablamos de aplicar criterios de renta en los precios de las casetas públicas?

En definitiva, de la Feria se podría hablar y decidir mucho… pero Espadas prefiere que lo hagamos poquito y de tapadillo.

Plan Decide… el problema está en quién decide

En estos días se están celebrando las Juntas Municipales de Distrito de forma extraordinaria para votar los proyectos del ‘Plan Decide’ impulsado por el gobierno del PSOE en la ciudad. La crítica que hacemos desde Izquierda Unida no se basa en el poco dinero destinado a las inversiones de este plan o en el poco tiempo que se ha dado para presentar las propuestas… que podrían ser cuestiones criticables.

Como dice el título de esta entrada: el problema en el ‘Plan Decide’ es quién decide. Cuando el gobierno municipal presentó el proyecto dijeron que su objetivo era “dar voz a los vecinos en la inversión pública desde los distritos». Una frase grandilocuente esa de «dar voz a los vecinos» que viene a confirmarnos lo distorsionado que está el concepto de la participación ciudadana. ¿Qué es la participación ciudadana? ¿Cualquier proceso de mínimo acercamiento de la decisión al ciudadano ya es un proceso de democracia directa?

¿Participación directa o a través de unas pocas personas representantes? Vayamos al marco legal que nos rodea para diferenciar democracia representativa y democracia directa:

  • El artículo 23 de la Constitución Española recoge que «los ciudadanos tiene el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal». Reconoce como derecho fundamental la opción de participar de dos formas: de forma directa o a través de representantes.
  • En el Estatuto de Autonomía de Andalucía dice en su artículo 30 que «los andaluces y andaluzas tienen el derecho a participar en condiciones de igualdad en los asuntos públicos de Andalucía, directamente o por medio de representantes«. Al igual que antes, se recogen las dos formas de participación.

La democracia representativa ha supuesto un avance histórico respecto a otros sistemas políticos, como lo atestigua la lucha por el sufragio que hasta fechas recientes había sido negado a amplios sectores de la población. Sin embargo, la idea de que la elección de nuestros representantes, a través de la emisión del voto una vez cada cuatro años, es un elemento necesario pero insuficiente. El impulso de formas directas de participación ciudadana que complementen las instituciones representativas se ha convertido en una demanda social de primera magnitud como se viene poniendo de manifiesto en los últimos tiempos.

Y pese a que, como hemos visto antes, el marco legal reconoce el derecho a la participación directa… lo cierto es que la participación a través de representantes es la que se ha potenciado. Además, cualquier propuesta para avanzar en la participación directa se ataca por sus detractores como un intento de acabar con la soberanía popular y, ahora que Cataluña está de moda, como una forma de romper España a través de consultas ciudadanas.

¿Pero dónde está el problema del ‘Plan Decide’? Primero en que sólo las entidades de los Consejos de Participación Ciudadana han podido presentar propuestas: un vecino de a pie con un problema o una buena idea no lo ha podido hacer, ni tampoco alguna asociación que no estuviese representada en el Consejo de Participación de su distrito.

plan decideUna vez presentadas las propuestas, no hay un proceso de debate donde se contrasten las propuestas… como si lo había en los Presupuestos Participativos en la época de Izquierda Unida. El Pleno de la Junta Municipal se va a limitar a rellenar el formulario que vemos a la izquierda puntuando tres proyectos con 3, 2 y 1 punto.

Por tanto, los que deciden finalmente qué se hace y qué no se hace no son los vecinos y vecinas (democracia directa) sino los 22 representantes de la Junta Municipal (democracia representativa).

En definitiva, se limita quién propone (Consejo de Participación) y quién vota (Junta Municipal). El ‘Plan Decide’ no cumple ni por asomo con los requisitos mínimos exigibles en cualquier proceso de presupuestos participativos, ya que ni es universal, ni está autorreglamentado por los vecinos, ni es deliberativo, ni contempla un sistema de seguimiento y control o un plan de evaluación final.

Por eso decimos que este plan no supone ningún avance más allá de que unas pocas entidades pueden sugerir propuestas de forma sistematizada. Lamentamos que el PSOE limite la «participación ciudadana» a que 22 personas rellenen un casillero con 3, 2 y 1 punto. Poca valiente, pose y parche… esta podría ser una definición del ‘Plan Decide’ en pocas palabras.

La reforma del Reglamento de Participación Ciudadana: una oportunidad histórica

consejoA finales de esta semana tendremos una reunión entre los diferentes grupos municipales para abordar la reforma del Reglamento de Participación Ciudadana, que data de 1999.

Izquierda Unida a su paso por el gobierno municipal (2003-2011) convirtió a la ciudad en un referente de participación ciudadana. Se sacaron adelante el reglamento de las Juntas Municipales de Distrito y los Presupuesto Participativos que, como decía antes, colocaron a Sevilla en la vanguardia y, aún hoy en día, se siguen estudiando como ejemplo a seguir.

Después de esto, llegaron los cuatro tristes años del Partido Popular que convirtieron la participación en un simple formulario para sugerencias en una web de un «periódico amigo».

Evidentemente, los tiempos han cambiado desde 1999.  Ahora estamos ante una oportunidad histórica para abrir las puertas del Ayuntamiento de par en par y retomar lo mejor de aquellas propuestas de más y mejor democracia que llenaron las plazas de este país hace unos años.

Desde Izquierda Unida lo tenemos claro: tenemos que reformar el Reglamento para incluir más participación, más transparencia y más fomento de la vida asociativa que, a final de cuentas, es el verdadero motor ciudadano.

Hay que enseñar a participar, dar a conocer cómo se puede participar… ¿sabías que recogiendo firmas que supongan el 2% del censo de un distrito se puede presentar una moción en el Pleno del Ayuntamiento? Eso está recogido en el Reglamento del 99… ¿cuántas veces se ha hecho? De ahí la importancia de un Plan de Formación Ciudadana para fomentar la participación, sobre todo empezando por los más pequeños en los centros escolares.

Audiencia pública en São Paulo (Brasil). Fuente: Colectivo Carranca

Las audiencias públicas para rendir cuentas no pueden quedar como algo opcional, deberían ser periódicas, obligatorias y que se pudieran celebrar a instancias de la ciudadanía, garantizando de esta forma el derecho a la iniciativa para promover la realización de procesos de participación ciudadana.

Dichos procesos participativos (a iniciativa del propio Ayuntamiento o por solicitud de la gente) deberían poder aplicarse para la elaboración de ordenanzas, planes estratégicos, reglamentos, presupuestos… Dar la voz a la ciudadanía en todo el proceso y no simplemente en el tiempo de exposición pública que ya recoge la Ley.

Regular las consultas populares para que no se tenga que pedir la autorización del Gobierno de la Nación (como ocurre con las consultas que ya recoge la legislación). Para esto hay que hilar fino pues nos chocamos de frente con la Constitución Española (o con su interpretación) que pone por delante los órganos representativos a los procedimientos de participación ciudadana. Ello dificulta reconocer la vinculación, en la actualidad los procesos serán vinculantes o no dependiendo de la voluntad de los representantes.

También es importante dejar claro que la participación va más allá de proponer, incluso de votar y decidir, la evaluación de las políticas públicas también debería estar sujeta a la participación de los vecinos y vecinas.

No podemos caer en una burocratización excesiva, hay que ponerle las cosas fáciles a los vecinos y vecinas garantizando una participación sencilla y comprensible, adaptando los medios y lenguajes para acceder al derecho a participar.

La nuevas tecnologías tienen que jugar un papel importante en un reglamento del siglo XXI, promocionando el ejercicio efectivo del derecho a la participación ciudadana a través de medios telemáticos, teniendo siempre en cuenta que no exista una discriminación tecnológica por la cual los medios habilitados para la participación puedan constituir un factor de exclusión.

Para concluir, la reforma del Reglamento que se inicia ahora, no puede quedarse dentro de la Plaza Nueva: se debe de abrir un proceso para que los vecinos, entidades y agentes sociales aporten su punto de vista. El próximo viernes se celebra la primera reunión de trabajo entre grupos municipales y gobierno local donde abordaremos la primera parte del texto… os seguiré contando 😉

5738755213_93806cee21_b

Una estrategia de movilidad de largo recorrido

Zoido y la movilidad ¿sostenible?

Quizás pocos se acuerden que en 2012, el gobierno de Zoido aprobó el «Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Sevilla», un plan como el que tiene un tio en Graná…

Lo primero a destacar, que fue un plan aprobado mediante Resolución del Delegado de Seguridad y Movilidad con fecha de 26 de junio de 2012 con caracter de urgencia… es decir, sin abrir canales de participación con la ciudadanía.

Y lo segundo, que no se llevó a cabo… que tal como el Delegado lo firmó, lo guardó en el cajón para dormir el sueño de los justos. Movilidad y Zoido son dos palabras que no cuadran del todo bien, al menos si hablamos de movilidad sostenible. No se conocen muchas actuaciones del anterior equipo de gobierno más allá de la derogación del Plan Centro y de empecinamientos varios por macroinfraestructuras… lo que le daban vidilla para su enfrentamiento con la Junta de Andalucía.

Zoido junto a los dos delegados de Movilidad de su mandato: Juan Bueno (izqda) y Demetrio Cabello (dcha)

Zoido junto a los dos delegados de Movilidad de su mandato: Juan Bueno (izqda) y Demetrio Cabello (dcha)

Años después, en octubre de 2014, el Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS) aprobaba un dictamen sobre la movilidad sostenible en la ciudad criticando, en primer lugar, la falta de participación social en las políticas de movilidad: «se echa en falta la apuesta decidida por un cambio de modelo, que hay que empezar por definir y desde un proceso participativo».

Dicho dictamen del CESS supone una enmienda a la totalidad a la política obsoleta y desfasada que el Partido Popular se empeñó en llevar a cabo en esta materia. Se recogen diversas propuestas sobradamente conocidas pero que nadie ha puesto en marcha: ampliación de carriles bus, ampliación del Cercanías hasta Blas Infante, Autobuses de Tránsito Rápido, mantenimiento del carril bici, prioridades semafóricas, itinerarios peatonales…

Curioso el voto particular del Partido Popular al dictamen al negarse a aceptar las críticas por la falta de mantenimiento de los carriles bici durante la etapa de Zoido. Una falta de mantenimiento que es visible, notoria y muy criticada… pero que el PP siempre ha negado poniendo como argumento cantidades de dinero presupuestadas y adjudicadas. ¿Dónde se gastaron? ¿Llegaron esos cientos de miles de euros a su propósito? Basta mirar a nuestro alrededor… y a los rankigns de movilidad en bicicleta, donde hemos bajado de forma estrepitosa.

Las prisas y anuncios de Espadas

En los primeros días de la era Espadas, como no podía ser de otra forma, ya ha habido diversos anuncios relativos a la movilidad. El equipo de gobierno huye, como gato del agua, del término «Plan Centro»… y hablan de consenso, sin aclarar el tema mucho más.

El delegado de Seguridad, Tráfico y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, anunció en la Cadena Ser que pondrán en marcha un plan integral para la movilidad en el Casco Antiguo… con algunas declaraciones contradictorias que se pueden escuchar aquí. Ni multas, ni prohibir el acceso al tráfico privado… ni todo lo contrario.

Cabrera (a la izquierda) junto a Juan Espadas

Juan Carlos Cabrera (a la izquierda) junto a Juan Espadas

Cabrera apuesta por retomar la movilidad «que llamamos sostenible» impulsando la bicicleta, aunque de forma dubitativa: «Oficina de la Bicicleta sí, claro… habrá que verlo».

Según EuropaPress, Juan Espadas se encuentraría elaborando «una estrategia integral de movilidad sostenible para la ciudad, contando con el centro como una de las áreas de actuación estratégica». Plantea la construcción de aparcamientos en el entorno al centro y, en concreto, habla de uno en Torneo.

¿Un parking en Torneo? Aunque lo contemple el PGOU, que lo contempla en el entorno de la Barqueta, no haría más que provocar un efecto llamada de coches hacia el casco histórico (similar al aparcamiento de la Gavidia). Nos conocemos: unas vueltas en el coche por calles estrechas ya saturadas «por si acaso encuento algo… si no, ya lo meto en el parking». En ningún caso se trataría de un parking disuasorio, sino de un parking que atraería más tráfico al centro.

Por lo demás, anuncios dispares y a golpe de micrófono. Lo último, micropeatonalizaciones de espacios a lo largo de la ciudad… y a la vez que anuncia esto, dice que «no quiere alimentar más culebrones en la ciudad». Al menos hasta que le vuelvan a poner un  micrófono por delante.

Una planificación de largo recorrido y participada

Lo que hace falta lo decía el CESS en 2014: necesitamos un modelo, pero primero tenemos que saber qué queremos hacer… y tenemos que llegar a esa respuesta a través de un amplio proceso de participación. No sólo se trata de llegar al consenso, sino de cómo llegamos a él.

El proceso, en este caso, juega un papel fundamental y puede ser un factor clave para construir una estrategia que perdure en el tiempo; que los vecinos y vecinas hagan suyo el modelo y que no dependa únicamente del color del gobierno en cada momento.

En 2011, tras la eliminación del Plan Centro, surgió el Foro por la Movilidad Sostenible con más de 30 entidades en su seno con le objetivo de dialogar con el gobierno de Zoido… pero ya sabemos que «Zoido» y «diálogo» eran como el agua y el aceite. Ese es el camino, entidades de diferente índole que se organizan para hablar, debatir y llegar a conclusiones: participación ciudadana.

Tras cuatro años sin modelo de ciudad y, por tanto, sin modelo de movilidad, no podemos correr el riesgo de caer en las prisas, en los titulares vacíos de prensa y en los mega-planes de cientos de páginas firmadas por técnicos de mucho prestigio. Tampoco podemos quedarnos en la búsqueda de consensos sin más, en sentarnos con vecinos y comerciantes de determinada zona para que ninguno se enfade… se trata de construir entre todos una estrategia de largo recorrido: que perdure en el tiempo, que llegue a conclusiones tras un foro abierto a la participación y que no sólo contemple el casco histórico y la Cartuja.

Hablamos de modelo de ciudad: los barrios, la zona metropolitana o los polígonos industriales también necesitan su estudio y la toma de decisiones concretas «haciendo de Sevilla una referencia medioambiental del sur del sur de Europa promoviendo la sostenibilidad en la movilidad con la adecuación del viario a las personas y el fomento del transporte público y la bicicleta» (Acuerdo IU-PSOE «Para Sevilla Queremos», 2015).

Encuentro con Ecologistas en Acción

Encuentro con Ecologistas en Acción

La Asociación Vecinal del Casco Norte «La Revuelta» publicó hace poco en su blog una entrada donde criticaba que el gobierno de Espadas haya empezado «por decir en vez de por escuchar». En el texto, titulado «Planificar en común», se propone que «políticos y técnicos por un lado y ciudadanía por otro han de escucharse y trabajar conjuntamente. No se trata de opinar sobre el plato cocinado, sino de compartir la cocina».

Otras entidades como Ecologistas en Acción, que ni son asociación de vecinos ni asociación de comerciantes, reclaman participar en esta estrategia… y con toda la razón del mundo. Se trataría de convertir la participación ciudadana en el eje vertebral de toda acción política desde el convencimiento de que a mayor participación, mayor democracia.

Resumiendo: la urgencia de un plan de movilidad para Sevilla es obvia, la necesidad de implicar al resto de administraciones también… y la de implicar a cuantos más vecinos y organizaciones de la ciudad se convierte casi en una obligación. Aunque el camino sea largo, seguro que llegamos a un mejor resultado.