Urbanismo participativo: un camino para comenzar a recorrer

Aunque el urbanismo es una cuestión que afecta a todos los vecinos y vecinas, tradicionalmente ha sido gestionado únicamente por técnicos y políticos. De esta forma, la toma de decisiones sobre las formas y usos de los espacios públicos está lejos de los ciudadanos y pocas veces se tiene en cuenta sus intereses y deseos.

Frente a este modelo, cada vez está más extendido lo que se conoce como “urbanismo participativo”, que plantea nuevas formas de entender la ciudad, el urbanismo y la política, a la vez que supone un reto para administraciones públicas y promotores de las mismas.

En las últimas décadas, las ciudades han sido gestionadas como si se tratasen de unidades negocios  y, más que responder a las necesidades de los ciudadanos, el objetivo ahora pasa por lograr que sean competitivas en un mercado internacional.

Valga como ejemplo el caso de la “smart-city”, de la que tanto habla el alcalde, una estrategia que se atiene a reglas más próximas al marketing y al mercado que a los principios de equilibrio y justicia social y territorial. La verdadera intención que está detrás de este concepto no es la de hacer una ciudad más habitable y sostenible, sino la de acaparar inversiones mediante la atracción del turismo y de empresas que tienen unos objetivos muy diferentes a los intereses de los vecinos.

El contexto actual, tras la caída del modelo económico del ladrillo que marcó el desarrollo urbano local, obliga a las administraciones, a los técnicos y a la sociedad civil a reconsiderar el futuro de nuestros municipios. Las políticas urbanísticas llevadas a cabo durante las últimas décadas pusieron el territorio y los núcleos urbanos al servicio de una maquinaria financiera que precisaba de una frenética actividad urbanizadora y constructora para la generación de beneficios. El estallido de esta burbuja hace imposible la continuidad de estas políticas, evidenciándose la necesidad de articular nuevas estrategias más sostenibles que se basen en la resolución de las necesidades de la población y la mejora de sus condiciones de vida.

Frente al antiguo modelo surge el “urbanismo participativo”, que pone el énfasis en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, adquiriendo ésta un rol de productor a la vez que consumidor de espacios urbanos.

En estos momentos de crisis aparecen con más frecuencia conflictos entre las administraciones, que en gran parte mantienen las lógicas inmobiliarias del periodo anterior, y los intereses de los vecinos, supuestos beneficiarios de estos proyectos.

Los sucesos ocurridos en el barrio de Gamonal en Burgos, del Cabanyal en Valencia o las movilizaciones que se produjeron en el mandato anterior contra el parking en la Alameda de Hércules, en nuestra ciudad, son claros ejemplos de cómo proyectos urbanísticos de la administración han entrado en clara contradicción con los intereses de los vecinos.

Una exitosa iniciativa enmarcada en el “urbanismo participativo” es la promovida, bajo el título de ‘estonoesunsolar’, por el Ayuntamiento de Zaragoza para transformar una serie de solares vacíos de la ciudad en lugares de uso público con carácter dotacional. Esta propuesta ha gozado de una gran aceptación entre políticos, arquitectos y especialmente entre los vecinos y vecinas de la zona, los auténticos beneficiarios de la misma.

Pero, cuando desde Izquierda Unida abogamos por garantizar la participación ciudadana en el urbanismo, no sólo nos referiremos a los grandes proyectos que modifican de una u otra forma la ciudad… también hablamos de las “pequeñas” actuaciones que suponen la transformación de espacios públicos en los diferentes barrios y distritos.

En definitiva, la determinación de las necesidades y objetivos de las nuevas políticas urbanísticas no deben quedar exclusivamente en manos de la administración y de los técnicos, sino que se debe dar voz y poder de decisión sobre su entorno a quienes mejor conocen sus problemas: los vecinos y vecinas.

Sólo mediante la participación efectiva de los ciudadanos en este proceso se pueden articular políticas que supongan una solución a los problemas existentes en toda su complejidad y mejoren la calidad de vida de todos los vecinos y vecinas de Sevilla.

En enero de 2016, el Grupo Socialista presentó una moción a este Pleno para que el Gobierno Municipal adoptara “las medidas necesarias para introducir, como experiencia piloto para su evaluación, mecanismos de participación en la planificación de determinadas actuaciones de mejora urbana en espacios y equipamientos públicos”. Las dudas que desde IU planteamos a esta propuesta, más de un año después, siguen vigentes: ¿en qué se ha concretado esa “experiencia piloto”?, ¿qué consecuencias reales ha tenido para vecinos y vecinas?, ¿a qué transformaciones urbanas han dado lugar?

Bajo el nombre de ‘REAVIVA’, el equipo de gobierno anunció un nuevo modelo de trabajo urbanístico que implicaba a las entidades ciudadanas para que participaran en su desarrollo con actuaciones en las calles y espacios públicos de todos los distritos. El Delegado de Hábitat Urbano, Antonio Muñoz, destacaba “el innovador” esquema de trabajo y que la Gerencia de Urbanismo tenía que convertirse en “motor de la ciudad” y tener una marcada “función social”.

Aunque la Gerencia de Urbanismo haya obtenido el I Premio Andalucía de Urbanismo por este programa y el Gobierno Municipal insista en que es un programa donde “la participación ciudadana es esencial”… no hemos visto la participación ciudadana por ningún lado.

Desde Izquierda Unida somos conscientes de que no se puede aplicar el “urbanismo participativo” por un decreto de Alcaldía, entendemos que esto debe ser un proceso, un cambio de mentalidad entre técnicos y políticos. Se puede correr el riesgo de caer en la seducción de la terminología, la metodología o en los clichés de la participación o, directamente, quedarse en lo superficial de estas iniciativas. Por eso mismo, los acuerdos de la moción son el inicio de un camino que entendemos que debemos comenzar a recorrer.

Imagen del artículo «El urbanismo participativo: una nueva forma de organizar la ciudad» publicado en ‘El País’

De lo abstracto a lo concreto, queremos que toda obra con un presupuesto superior a los 90.000 euros se someta a información pública de forma previa a la licitación para que, en un proceso participativo, se realicen propuestas de mejoras al proyecto inicial. En caso de existir una oposición significativa, se sometería la propuesta a consulta.

Para ir todavía más a lo concreto,  proponemos que se cree un grupo de trabajo, donde participen los Grupos Municipales y personal técnico de la Gerencia de Urbanismo, para regular el proceso a fin de que pueda ser recogido en el proyecto de Reglamento de Participación Ciudadana que se está elaborando actualmente, garantizando los principios de participación directa, universalidad, transparencia, eficacia, seguimiento y rendición de cuentas.

* En este artículo puedes leer más sobre el tema, parte de la exposición de motivos de la moción se ha basado en el mismo.

Impulsar nuestra economía a golpe de pedal

«El socialismo exige para la realización de sus ideales cierto nivel en el uso de la energía: no puede venir a pie, ni puede venir en coche, sino solamente a velocidad de bicicleta.”

José Antonio Viera-Gallo. Subsecretario de Justicia durante la presidencia de Salvador Allende

 

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Cartel de la Semana Europea de la Movilidad de 2016

Hace bien el gobierno municipal en esta celebración de la Semana Europea de la Movilidad en ligar movilidad y economía bajo los lemas «Movilidad inteligente. Economía fuerte» o «Elige la movilidad que impulse nuestra economía».

Otra cosa, como de costumbre, es creerse los eslóganes… a no ser que el PSOE entienda por «impulsar la economía» las sucesivas licitaciones (externalizaciones-privatizaciones) para la elaboración de planes.

Primero el Plan de Movilidad Urbana Sostenible por 363.000 euros, aprobado en Junta de Gobierno de la semana pasada. Aquel Plan que iba a ser germen de la participación ciudadana de aquella Mesa de Movilidad (que en paz descanse) que se vendió a bombo y platillo con mucha foto y mucho anuncio grandilocuente… y que ha quedado reducido a unos muchos miles de euros para que una empresa privada lo elabore. Y cuando tengamos el Plan terminado, vete tú a saber dónde acaba.

Y segundo, el Plan de la Bicicleta por 72.600 euros aprobado únicamente con los votos a favor del PSOE en el Consejo de la Gerencia de Urbanismo de esta semana. Otro «impulso a la economía» (a la economía privada y poco transparente, pues se trata de un negociado sin publicidad y por urgencia) que ha servido como argumento para no hacer nada o hacer muy poco durante estos quince meses de gobierno de Espadas. Que no estudiamos la posibilidad de las ciclocalles… porque estamos esperando el Plan. Que no sabemos si Sevilla participará en eventos internacionales como el Velo-City… porque estamos esperando el Plan. Que la Oficina de la Bicicleta no arranca… porque estamos esperando el Plan. Que no ponemos en marcha la propuesta de A Contramano para el Casco Antiguo… porque estamos esperando el Plan.

Y además, un Plan de la Bicicleta que se queda totalmente corto según su pliego de prescripciones técnicas (y de ahí nuestra abstención en el Consejo de la Gerencia) pues se centra únicamente en los carriles-bici al abordar las infraestructuras, dejando atrás la problemática del aparcamiento, y no tiene en cuenta ni la intermodalidad de la bicicleta con otros medios de transporte ni la participación de ciclistas y expertos en su desarrollo. Ya veremos en qué queda el tan esperado Plan.

La bicicleta como motor económico

El discurso político sobre este vehículo sigue ligado a la mejora de la salud y a la reducción del tráfico, así que es hora de tomarse en serio la bicicleta y su potencial económico… y creerse el eslogan de que la elección de la bicicleta como medio de transporte prioritario puede servir para impulsar la economía de nuestra ciudad.

Más allá de los beneficios medioambientales, para la salud y para el tráfico, en los últimos años años hemos asistido a una auténtica explosión de actividades económicas en torno a la bicicleta (tiendas, talleres de reparación, reparto de mercancías…) y sus aplicaciones al turismo (establecimiento de préstamo de bicicletas, visitas guiadas específicas, organización de excursiones en bicicleta…) que han tenido un impacto muy positivo en la economía de Sevilla.

Según la Federación Europea de CiclistasEspaña podría generar 36.603 nuevos puestos de trabajo en el sector, si se duplicara la tasa de utilización de la bici en los desplazamientos diarios. La mayoría de esos empleos estarían vinculados al turismo ya que, según un estudio del Parlamento Europeo que recoge ConBici, el cicloturismo mueve en España más de 1.600 millones de euros al año.

La combinación es perfecta. El papel de Sevilla como capital española de la bicicleta (pese a la indolencia de Zoido y Espadas) y el núcleo turístico de enorme importancia que somos: nuestra ciudad podría y debería liderar estas políticas en favor de la movilidad ciclista y en la búsqueda de su potencial económico.

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Encuentro con empresas de la ciudad ligadas al mundo de la bicicleta (Mayo 2015)

Pero no es tan fácil. Durante la campaña de las elecciones municipales, allá por mayo de 2015, estuvimos reunidos con  representantes de empresas de nuestra ciudad ligadas al mundo de la bicicleta, como Santa Cleta, Quiquecicle o Enviciclo.

De aquella reunión sacamos múltiples y buenas propuestas… y una conclusión: hace falta retomar una política valiente de promoción de la bicicleta si de verdad queremos exprimir al máximo el potencial económico de los pedales.

Si no, todo quedará en meros titulares y eslóganes. Hace poco leíamos en el Diario de Sevilla que la bicicleta tocaba techo en nuestra ciudad: «Sevilla ha pasado de ser un referente internacional en movilidad sostenible a echarse en falta actuaciones programadas y bien planificadas en favor a la misma».

Múltiples estudios de los últimos años han incidido en esa cuestión, el uso de la bicicleta se estanca debido a la falta de políticas de promoción… ni Zoido estuvo a la altura, ni Espadas está demostrando un cambio. Al margen de la instalación de más aparcabicis en la vía pública… ¿qué se ha hecho?

Alcalde y Consejero en la foto de la anunciada firma del Plan Andaluz de la Bicicleta. Anunciada… porque firmarse no se ha firmado todavía.

Todos los colectivos ciclistas, en aquella reunión con empresarios de 2015 también se habló, insisten en la necesidad de recuperar la Oficina de la Bicicleta creada por Izquierda Unida en su momento. Por ahora lo que tenemos es una reestructuración en la Gerencia de Urbanismo para crear el «Servicio de Sostenibilidad e Innovación Urbana»… el mismo que ha elaborado los insuficientes pliegos del Plan de la Bicicleta que ya hemos mencionado.

Y en esa estamos, a la espera de que el gobierno de Juan Espadas se lo crea. Fotos ya tiene unas cuantas, titulares también, presupuesto (gracias a las enmiendas de IU) también… ¿qué falta? ¿Será la elaboración del Plan? Toca esperar.

La propuesta del Batán: un envoltorio para otro centro comercial

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Si hace unos meses escribía en este blog sobre el proyecto de SevillaPark y lo comparaba con el cuento de la lechera, el anuncio del gobierno local sobre la reordenación del Batán no viene a hacer otra cosa que continuar con lo ya presentado por el Partido Popular en el mandato anterior.

Eso sí, en vez de titular por el final y tratar de deslumbrarnos con el gran proyecto de mega auditorio (recuerden cuando nos decían que Beyoncé iba a estar cantando en Sevilla en 2016), se nos ha presentado a los diferentes grupos municipales una propuesta técnica… teniendo mucho cuidado de no mencionar las palabras «centro comercial» o «SevillaPark».

Pero por mucho que el equipo de Espadas diga que este proyecto no es SevillaPark, tenemos sobre la mesa los mismos conflictos que la burda propuesta del Partido Popular pero con un bonito envoltorio para corregir los titulares efectistas a los que nos tenía acostumbrados Zoido. Pero por mucho «envoltorio» que se le ponga al proyecto, seguimos viendo la falta de proyecto de ciudad y de respaldo a los intereses generales.

castreno-graciaLa propuesta del PSOE no integra estos suelos en la ciudad (está de por medio el descampado del Real de la Feria y un club privado en la zona más pegada al río) y tampoco plantea una solución de transporte urbano de alta capacidad como exige la legislación si aquello se convierte en una zona
para centros comerciales. Esto nos hace pensar que el Puerto quiere sacar tajada económica y poco le importa otra cosa que sacar plusvalías de esta operación… ¿priman los intereses de la ciudad o los intereses económicos del Puerto?

Uno podría pensar que hay algo de todo esto detrás viendo la puerta giratoria, auspiciada por el aparato del PSOE andaluz, de Manuel Gracia  (del Parlamento al Puerto) o el origen de la actual delegada de Economía, Carmen Castreño (del Puerto al Ayuntamiento).

La zona de la ciudad en cuestión la podemos ver en el mapa de abajo. Unos suelos propiedad del Puerto de Sevilla excepto el recuadro de colo rojo que pertenece a la compañía de combustibles CLH. El polígono de color amarillo es la parte que se quiere reordenar.

batan-2En la propuesta del gobierno no se explicita con claridad quiénes son los sectores empresariales que demandan esta reordenación y que están interesados en las instalaciones de ocio. La propuesta se rodea de supuestos intereses generales, como el traslado de las instalaciones de CLH (ahora, de repente, peligrosas), la creación de un nuevo frente portuario para la ciudad, la articulación de la zona con los nuevos usos de Los Gordales… un bonito papel de celofán que envuelve una gran superficie minorista y un «contenedor» para eventos y conciertos de gran capacidad (Beyoncé sigue esperando).

Va a resultar que tampoco el PSOE tienen modelo de ciudad que no sea el sustentado por centros comerciales, de los que como todos sabemos esta ciudad está escasa, y parques de atracciones donde los ciudadanos de países ricos vengan a disfrutar del sol y la amabilidad de los camareros y dependientas de los países del sur a bordo de cruceros de lujo que remonten el Guadalquivir. Solo nos falta un proyecto en el que,  de la mano de los propietarios de locales en el centro, se facilite a cadenas de tiendas de lujo instalarse en las calles de acceso al Corte Inglés, para que tengamos claro que esta ciudad sigue gobernada por los mismos… intereses. Y la guinda del pastel: el Duty Free de la zona franca, del que su solo vallado ya se ha convertido en el ‘gran éxito’ de la gestión del nuevo gobierno municipal.

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La modificación del PGOU planteada, una vez eliminadas las instalaciones de CLH (empresa que por cierto no participa en el acuerdo entre Ayuntamiento y Puerto… y algó tendrá que decir), consiste en convertir aquella parte de la dársena del Batán en una zona de uso terciario y otra zona, pegada al río, en zonas verdes y en equipamientos (para Beyoncé).

Recalificar suelo industrial para uso terciario… ¿se acuerdan cuando Espadas criticaba la operación de similares características que pretendía Zoido en Altadis?

Si de verdad queremos crear empleo, y creo y quiero pensar que esta es la prioridad de todos los concejales, las grandes superficies minoristas no son la solución. Las grandes superficies provocan la destrucción de empleo en los pequeños y medianos comercios y la creación de empleos precarios, de sueldos miserable y duración más miserable aún.

La apuesta de Izquierda Unida pasa por facilitar la instalación y desarrollo de tejido productivo que convierta esa zona de la ciudad de la que hablamos, en un polo de desarrollo de nuevas tecnología que favorezca la creación de empleo estable y que fije y aumente la población en la ciudad… en definitiva, no profundizar en la construcción de un decorado y un parque de atracciones para turistas. Una zona de la ciudad productiva, no una zona para simplemente consumir.

¿Qué trabajo ha hecho el Ayuntamiento para promocionar y ofrecer a nuevas y viejas empresas suelo y facilidades? El proyecto del PSOE responde a interés externos de grandes grupos que pretenden la mayor rentabilidad en el menor plazo, que nos ven como lugar de operaciones rentables en función de estrategias que la ciudad no controla, que los representantes de los sevillanos no controlamos en ningún caso. Esperemos que la incorporación de la anterior gestora del Puerto de Sevilla a la dirección política de la ciudad no suponga respaldar esos intereses particulares.

Y sobre ese «contenedor cultural», si lo que queremos son espacios para el desarrollo de grandes espectáculos musicales: ya tenemos el Auditorio de Rocío Jurado, el nuevo Palacio de Exposiciones y Congresos, el Teatro de la Maestranza y el Estadio “Olímpico”… y si lo que se quiere es incluirnos en los circuitos de las grandes estrellas de la canción, lo que tenemos es que generar riqueza entre los sevillanos para que tengan dinero que atraiga a los artistas del dinero. No más pirámides a mayor gloria del alcalde de turno.

Nuestra apuesta: rehabilitar, consolidar y presupuestar el mantenimiento y las dotaciones necesarias para los muchos espacios culturales de la ciudad que están faltos de inversión y contenido. Nuestra apuesta: el pequeño comercio de calidad y de proximidad, con inversión en los mercados de abasto de los barrios de Sevilla.

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Una cortina de humo para la Gavidia

gavidia2A principios de mes conocíamos la publicación en el Boletín Oficial de la Provincia de la recalificación impulsada por el PP para convertir la Gavidia en un centro comercial: vía libre al uso comercial en la antigua comisaría.

Zoido se había empeñado en convertir aquel suelo, declarado como  de Interés Público y Social, en una gran superficie comercial. Esta modificación del PGOU comenzó en 2012 y dio lugar a esos enfrentamientos Ayuntamiento-Junta que tanto gustaban al ex-alcalde. Por aquellos momentos, el grupo socialista (ahora en el gobierno) seguía la estela del gobierno autonómico poniendo pegas sobre la pulcritud del proceso… hasta que la Junta de Andalucía dio el visto bueno y se aprobó la modificación impulsada por el Partido Popular.

Desde Izquierda Unida siempre hemos mantenido la misma posición, aquel suelo tiene que estar dedicado a equipamiento social para el barrio. El PSOE parece estar en contra del centro comercial proyectado por Zoido y prefiere dedicarlo a un hotel… uso comercial al fin y al cabo.

Ahora con Espadas en el gobierno municipal, se le acusa de cierto revisionismo con las medidas del anterior equipo… paralizando el criticado convenio con Altadis o el puente que se quería construir en la Cartuja para dar una supuesta solución a los problemas de tráfico de la Torre Pelli.

Estos dos últimos ejemplos los hemos aplaudido, ni nos gustaba ese convenio con Altadis ni nos gustaba ese puente, pero… ¿por qué algunas cosas sí y por qué algunas cosas no?

¿Por qué el PSOE saca pecho de desistir de este puente o de paralizar el convenio de Altadis y, a la vez, no se cambia ni un ápice en proyectos como SevillaPark o la Gavidia?

Le recuerdo al señor Espadas, que adquirió el compromiso con Izquierda Unida de “consolidar Sevilla como ciudad habitable y sostenible, defendiendo el derecho a la ciudad y a los espacios públicos diseñado en el PGOU rechazando los macro proyectos especulativos y haciendo de Sevilla una referencia medioambiental del sur del sur de Europa”… y ni SevillaPark, ni el proyecto que parece defender el gobierno en la Gavidia, encajan con lo comprometido.

Nos alerta, y mucho, la posición anunciada por el equipo de Gobierno sobre la Gavidia.  Allí no caben ni centros comerciales… ni hoteles. Lo que necesita aquella zona son equipamientos sociales para el barrio. El Casco Antiguo no es un parque de atracciones… es un barrio con vecinos y vecinas, con hijos e hijas, con mayores… que tienen derecho a tener espacios públicos para su disfrute y ni un centro comercial, ni un hotel, cumple esos requisitos.

Y nos alerta, mucho más que esto, el intento de distraer el debate. De lanzar globos sondas y correr cortinas de humos sobre la posible demolición del edificio… queremos hablar de los usos para la Gavidia, no de si se tira o no se tira.

¿Ahora va a ser este el motivo de enfrentamiento? ¿No quieren hablar de un uso social frente al comercial y por eso hablan de la protección del edificio?

0000787852_560x560_jpg000Sale a la palestra un informe solicitado por Espadas para ver si es posible su demolición, salen a la luz noticias del riesgo de mantenerlo en pie y de su mal estado de conservación, salen los arquitectos defendiendo su estructura y su estética, sale la Sevilla ‘clásica’ tachando de bodrio aquel edificio, se critica ahora a quien lo catalogó, sale el debate del Barroco frente al Movimiento Moderno…

¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Qué intereses hay en esta ciudad para demoler la antigua comisaría? ¿Un hotel a toda costa? ¿Volvemos al urbanismo a la carta y al ‘todo vale?

Sevilla Park o el cuento de la lechera

Sevilla Park es un cúmulo de falsas expectativas y promesas vacías

IU no está en contra del proyecto anunciado como «Sevilla Park» por gusto… estamos en contra porque defendemos un modelo de ciudad que huya de las grandes superficies comerciales que nos hacen contaminar más, destruyen empleo en los barrios y sólo crean empleo de baja calidad.No nos gustan las ciudades pensadas como parques de atracciones sino las ciudades pensadas para vivir de forma cómoda y cohesionada, donde el centro sea el vecino en su día a día y no la oportunidad de negocio de unos pocos frente al interés de la mayoría.

El proyecto de Sevilla Park está repleto de falsas expectativas. Nos quieren hacer creer que podría generar miles de puestos de empleo (es el argumento preferido en época de crisis y paro… todo genera empleo, cualquier proyecto crea centenares de puestos de trabajo).

¿Nos hemos parado a pensar qué tipo de empleo se crearía? ¿Nos hemos parado a pensar cuántos puestos de trabajo consolidados destruiría? Nos encontramos ante una falsa expectativa de creación de empleo, se trata de un gran centro que destruiría el tejido comercial de cercanía de la zona con su consecuente destrucción de puestos de trabajo… es algo sobradamente conocido, nos cargamos a los pequeños comerciantes para contratar a jóvenes por cuatro duros en tiendas de grandes compañías que se llevan la riqueza a otros países. No dejemos que nos engañen con las promesas de empleo… Zoido fue un maestro en este sentido y la realidad siempre demostró cuan falso era su argumento. Es más, de los 2500 empleos prometidos en el Sevilla Park se pasó a sólo 500. ¿Vamos a dejar que nos sigan mintiendo?

A la mentira del empleo hay que sumar la falsa expectativa de los plazos, nos dijeron que en 2015 estaría Beyoncé cantando en nuestra ciudad… y la realidad ha demostrado que es mentira. Ni se construye tan rápido ni dejan de aparecer inconvenientes técnicos para iniciar el proceso.

Y la falsa expectativa cultural. Nos venden que va a ser un gran centro cultural que atraerá a grandes artistas y a miles de espectadores cuando la realidad es que el 81,25% del suelo es para uso comercial. Nos hacen creer que estamos ante un proyecto cultural cuando en realidad es un gran centro comercial… y ya he comentado cuál es nuestra opinión sobre las grandes superficies y sus consecuencias.

Y como ya se ha dicho antes, están los inconvenientes técnicos que han surgido durante el proceso: existen dudas por la cercanía de unos depósitos de combustible de la compañía CLH y el poryecto también colisiona con el tren del puerto que pasa por allí.

Y si nos centramos en el territorio, el distrito de Los Remedios no necesita un centro comercial ni un auditorio sino que nos esforcemos en la construcción de equipamientos públicos tan necesarios y escasos en aquella zona: centro de salud, colegio, centro de día…

A todo esto habría que sumar qué modelo de ciudad queremos para Sevilla, desde IU partimos en que no queremos un «parque de atracciones» y que hay que apostar por el pequeño comercio y el de cercanía frente a las grandes superficies (esto creo que ha quedado suficientemente claro).

proyecto-sevilla-park--644x362¿Queremos un gobierno municipal que ceda terreno público al primero que pase con un proyecto? Pues tampoco. La planificación urbanísitica no puede estar al servicio de los intereses económicos del sector privadopese a los anuncios grandilocuentes.

Ahora el gobierno municipal ha sacado otro argumento a relucir y es el de «el Ayuntamiento no invierte nada y no pierde nada, es todo una inversión privada». No nos convence, por lo mismo que he dicho antes… no podemos regalar suelo público al primero que llegue con un proyecto bajo el brazoy menos aún si es un proyecto como el de Sevilla Park.

En definitiva, no queremos otra gran superficie comercial en la ciudad yharemos toda la pedagogía necesaria para contrarrestrar los cantos de sirena que nos quieren pintar este proyecto como algo bueno para el empleo y la promoción de la ciudad.

Como dije en el Pleno de Investidura, el gobierno de esta ciudad tiene que dejar de comportarse como un consejo de administración para las empresas privadas.