El otro día, entre noticias de la visita-interruptus de Obama y del dispositivo-interruptus que estaban montando, conocíamos que el portavoz municipal del PP (ex-@zoidoalcalde) estaba cruzando la bahía en ese crucero cargado de sueños que es el Juan Sebastián Elcano, buque escuela de la Armada Española.
Cuatro días de viaje desde Pontevedra hasta el puerto de Cádiz, acompañado de su portavoz adjunto Gregorio Serrano… y, según algunos medios, también de su esposa. Una travesía que, en palabras del propio Zoido, fue im-presionante. Y es que, después de una calurosa campaña electoral, ¿a quién no le apetece una vuelta en barco entre brisas marinas?
Un barco ‘público’, todo sea dicho. Pero no piensen mal, que no estamos ante un privilegio o trato de favor. Según Zoido, se trata de «una tradición de la Armada de invitar a civiles en el viaje de cortesía del buque». Una forma de acercar las Fuerzas Armadas a los españoles y que cualquier crítica es fruto de la ignorancia o de una mala intención.
Gregorio Serrano desmentía por Twitter haber viajado con su esposa y que se tratara de un «crucero». ¿Les habrán puesto la pulserita del ‘todo incluido’? Desde su perfil aclaraba:«después de 5 años intentándolo he podido cumplir un sueño junto a 90 españoles más». ¿Cuántos años llevan ustedes intentándolo? ¿Han hablado ya con el ministro Monerés?
Como dijera la Pantoja de aquel marinero de luces al que le embriagó aquella tarde el olor a azahar, Zoido escribió en su blog desde el mismísimo camarote del Juan Sebastián Elcano diciendo que aún se tenía «la ilusión intacta» tras 10 años dedicado a la ciudad.
No sabemos si es que estaba embriagado o si el salitre le produjo morriña, lo que sabemos es que él se siente «útil» y con las mismas «ganas de trabajar por Sevilla». Ya saben de esa dedicación de ex-@zoidoalcalde de 24 horas por la ciudad: ya sea visitando una factoría agrícola en Almería como presidente del PP andaluz, ya sea viendo la selección española de baloncesto desde Londres, como diputado en la Carrera de San Jerónimo e, incluso, desde un buque cruzando el Atlántico. Veinticuatro horas, son veinticuatro horas.
Y uno, desde la más absoluta envidia por estar pasando calor en la ciudad, piensa en varias cuestiones ante este «tradicional y habitual» viaje: lo poco que se nota en la Plaza Nueva la ausencia de los dos líderes del grupo municipal del PP (supuestamente líderes de la oposición también), en cómo se gestionará la «tradicional y habitual» invitación de civiles al buque y, por último, en el silencio mediático ante el tema… ¿se imaginan que hubiese sido un concejal de Izquierda Unida el beneficiario de la travesía? ¿Se imaginan las portadas de ABC?
Ya no les molesto más, esto se acaba. Bajen a mirar el buzón o revisen su bandeja de entrada, quizás les haya llegado la «tradicional y habitual» invitación de la Armada Española para enrolarse en su buque escuela… si no es así, pueden preguntar al Grupo Municipal del PP.